Voz polémica e incendiaria: el legado que deja Piñera
El expresidente de Chile, Sebastián Piñera, murió este martes tras la caída de un helicóptero en el que viajaba en la comuna de Lago Ranco, región de Los Ríos. Una tragedia inopinada que provocó reacciones inmediatas, tanto de pobladores como de políticos extranjeros.
Uno de los primeros en pronunciarse fue su amigo, el exmandatario colombiano Iván Duque, quien lo calificó como «líder único» y le garantizó la «defensa» de su legado.
En Chile, varias voces de la derecha han asegurado que será «difícil de reemplazar», mientras el jefe de Estado, el izquierdista Gabriel Boric, lo catalogó como «un demócrata desde la primera hora». Una especie de consenso, que ya empieza a originarse.
El legado de Piñera
«Logró construir una derecha más democrática, logró confirmar a la derecha como una coalición democrática que podía gobernar de forma exitosa. El principal referente de la derecha chilena después de [Augusto] Pinochet», definió el analista político Patricio Navia.
En diálogo a RT, recordó que fue el primer mandatario democráticamente electo tras la feroz dictadura de Pinochet (1974-1990).
«Va a ser un legado muy importante para la derecha democrática», afirmó, por su parte, Daniela Campos Letelier, miembro de la Red de Politólogas y magíster en Ciencia Política de la Universidad de Chile.
Piñera, integrante de Renovación Nacional (RN), se impuso en 2010 al candidato de la Concertación, el oficialista exmandatario, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, con un 51,60 % de los votos. Luego volvería al poder en 2018.
Para Navia, entre la herencia más descollante de Piñera fue hacerle «entender» a las fuerzas conservadoras la «necesidad de reformas sociales» en un sistema moldeado por los ‘Chicago Boys’ y con «una derecha que estuvo marcada por la dictadura».
Sus controversias
Especialistas y medios han coincidido en que sus declaraciones incendiarias provocaron el recrudecimiento de malestares e incluso de protestas en Chile.
«Le declaró la guerra a su propio país y quien hace eso no puede ser alguien que esté llevando bien la lectura de la política», estimó Campos a este medio.
A finales de 2019, cuando el país latinoamericano estuvo sacudido por el estallido social, Piñera abrazó a las Fuerzas Armadas en plena ebullición ciudadana.
Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite», aseveró el entonces dignatario, generando un aluvión de críticas.
En ese momento ya era impopular, una condición que mantuvo hasta el final de su último mandato en 2022. «No tuvo ahí la administración que tenía para los números en políticas públicas más estructuradas», indicó Campos.
En un giro inesperado para la élite chilena, Piñera abrió el camino para un proceso constituyente, inédito en la historia de Chile. Las demandas eran claras: más derechos y una nueva Constitución. El presidente entendió el mensaje.
«Era una crítica a las fallas del modelo chileno en general y de la clase política en general, no solo de Piñera», adujo Navia.
Puntos grises
Piñera tuvo una primera gestión (2010-2014) apacible, a pesar del potente terremoto del 27 de febrero de 2010, una desgracia que ocurrió en los últimos días del gobierno de Michelle Bachelet.
En ese momento el Congreso aprobó una ley oficialista con la cual hubo un incremento transitorio y moderado de impuestos a la grandes empresas, así como el aumento permanente del impuesto específico al tabaco, entre otras medidas económicas para rescatar las arcas públicas.
«Se va a recordar un buen manejo económico después del terremoto de 2010», expresó Campos, académica de la Universidad Andrés Bello.
Y si de rescate se trata, nada más sobresaliente y mediático, que el salvamento de los 33 mineros que estaban atrapados en la mina San José, en la región de Atacama. Estuvieron allí 69 días y al salir, Piñera quedó retratado con una sonrisa y uno de los mensajes que habían escrito como prueba de vida.
Mientras tanto, Chile avanzaba en un crecimiento económico exponencial, pero continuamente desigual. «Fue un hombre de negocios muy exitoso en la política que quiso introducir reformas para que el sector público fuera más eficiente», precisó Navia.
Para su segundo mando, tuvo que afrontar la pandemia de covid-19 y de acuerdo a varios expertos e incluso el propio Gabriel Boric, lo sorteó de forma exitosa. «Chile fue uno de los primeros en tener vacunas», puntualizó Navia.
«El manejo de la pandemia fue bueno con las vacunas. Al principio no, pero después Chile tuvo un porcentaje alto de vacunación», coincidió Campos, quien empero aclaró que «también en su gobierno se violaron derechos humanos».
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos aseguró en un informe que tanto las Fuerzas Armadas como Carabineros de Chile incumplieron las normas y estándares internacionales sobre control de asambleas y uso de la fuerza.
Consideró que el «número alarmantemente alto de personas» con lesiones en los ojos o la cara, de aproximadamente 350, mostraba que hay razones fundadas para creer que las «armas menos letales» se utilizaron de manera «inadecuada e indiscriminada».
En su informe se puntualiza la muerte de 26 personas, en el contexto de las manifestaciones sociales, de las cuales cuatro se deberían a «acciones que involucran a agentes del Estado», dos bajo custodia policial y 20 durante las movilizaciones.
Unos hechos por los cuales Sebastián Piñera nunca fue juzgado.