Cierre de comercios en la calle El Conde

La calle El Conde, por décadas uno de los principales centros comerciales de la capital dominicana, enfrenta un alarmante declive. El aumento de los costos de renta comercial y la falta de inversión en la zona. Así como los prolongados trabajos de remodelación en la Ciudad Colonial han afectado gravemente el activismo comercial de esta icónica arteria.

El Conde, que en otros tiempos era una atracción vibrante para locales y turistas, hoy se presenta desolado y con una visible falta de vida comercial.

El crecimiento de las plazas comerciales en Santo Domingo ha sido señalado por muchos como el punto de inflexión que marcó el inicio de su deterioro.

Este fenómeno atrajo a los comerciantes hacia nuevos polos de desarrollo, dejando atrás a El Conde, que una vez fue un centro de referencia.

Altos costos de alquiler y abandono comercial

El incremento en las tarifas de renta de los locales comerciales ha provocado el colapso de la actividad económica en la zona.

Los comerciantes que alguna vez prosperaban en este emblemático paseo peatonal se han visto obligados a cerrar sus puertas. Incapaces de sostener los elevados costos.

A medida que los negocios desaparecen, las posibilidades de revitalizar el área también se ven afectadas. Sin embargo, muchos ante este panorama sombrío, aún ven un potencial para revertir la situación.

Algunos urbanistas y empresarios locales abogan por un plan integral de revitalización que contemple la reducción de costos de alquiler, estímulos a la inversión y una mayor promoción de la calle El Conde como destino turístico y comercial.

La historia y el encanto de la Ciudad Colonial siguen siendo un activo invaluable para su recuperación.

Deterioro físico y nostalgia en la calle El Conde

El deterioro físico de la calle, sumado a la antigüedad de los edificios y la arrabalización de algunos de ellos, ha dejado una sensación de abandono que contrasta con el recuerdo de su antiguo esplendor.

Quienes aún transitan por esta vía sienten una mezcla de nostalgia y desazón al ver su deterioro, agravado por la falta de una intervención oportuna.

A pesar de la decadencia económica, la policía patrulla activamente El Conde, lo que garantiza cierto nivel de seguridad.

Además, algunos turistas, interesados en la rica historia de la Ciudad Colonial, continúan visitando la zona, manteniendo viva una pequeña porción de su actividad comercial.
CDN.

 

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