Presidente Abinader: «dese una vueltecita» por Pinturas, en la Isabel Aguiar
Lito Santana
No tengo dudas que la obra del Gobierno más impactante en estos momentos es el paso a desnivel que se construye en la intersección de las avenidas 27 de Febrero con Isabel Aguiar, mejor conocida como Pintura.
Naturalmente, la extensión del Metro de Santo Domingo, hasta Los Alcarrizos y la intervención del Kilómetro Nueve, en la avenida John F Kennedy, son esfuerzos trascendentales, pero hoy en día, el impacto en la gente de esas grandes obras es «pajita de coco», para lo que significa el tormento de Pintura.
El caos en el tránsito «está a nivel Dios» y la desesperación de quienes dependen de esa vía, para llegar a su fuente de trabajo o a cualquier otro lugar que requiera de puntualidad, es para volverse loco.
Todo lo que se vive en Pintura es entendible, pues la magnitud de la obra y su incidencia para la solución del taponamiento que se generaba en el lugar, así lo justifica.
Lo que no se entiende es la aparente lentitud y presencia limitada de equipos, maquinarias y trabajadores, que proyectan una agonía muy larga para concluir estos trabajos y superar este pandemónium.
Y hay que registrar desde ahora lo que les espera a los usuarios cuando se inicien los trabajos para la construcción «del túnel» de la intercesión de las avenidas 27 de Febrero con Gregario Luperón, mejor conocida como Plaza de la Bandera.
Por eso es por lo que solicito, muy cortésmente, al presidente Abinader, que se dé una vueltecita por Pintura, a ver si pisa el acelerador hasta el fondo, para darle mayor velocidad de los trabajos.
¿Que usted cree, señor Presidente?