Que los encapuchados no dañen las celebraciones Navideñas
Lito Santana
A mediados del año 2022 en el país se generó un interesante debate sobre el uso de vestimentas con capuchas y las llamadas máscaras pasamontaña, usadas generalmente por jóvenes y motoristas.
El tema tomó tanta fuerza que el diputado Pedro César Mota Pacheco sometió un proyecto para prohibir por ley el uso de estas piezas, pues en la mayoría de los hechos delictivos, como atracos, robos o asesinatos por sicariato las capuchas y los pasamontañas se conviertieron en la ropa favoritas para delinquir.
Como casi siempre sucede con los temas trascendentales en nuestro país y dada la corta memoria del dominicano, el tema se enfrió y todo ha quedado en el olvido, incluyendo el debate de la propuesta del diputado, que se congeló en la Comisión de Interior y Policía de la Cámara Baja.
El peligro que representa para la población el uso de capuchas y pasamontañas resurgió en junio de este año, cuando el director del Comando Regional Cibao Central de la Policía Nacional en Santiago, general Juan Bautista Jiménez Reynoso, anunció que comenzarían a realizar operativos en distintos puntos de la ciudad para retener a los usuarios de esas prendas.
“Cuando se cometen los asaltos, los robos, lo hacen con pasamontañas. La Policía Nacional de la Dirección Regional Cibao Central no permitirá que ciudadanos transiten con pasamontañas. Eso está prohibido y trabajaremos con eso enérgicamente”, expresó el comandante.
Se recuerda que el uso de estas piezas estaba asignado sólo a los agentes que participaban en las acciones de los organismos de persecución del crimen, para asegurar que los delincuentes afectados no tomaran venganza contra quienes actuaban en las operaciones especiales.
Ahora que el país está en medio de las festividades con motivo de las Navidades y los asaltos se multiplican en nuestras principales ciudades, el tema vuelve a la palestra.
De hecho, el miedo se apodera de las personas cuando, al caminar por las calles, un motorista encapuchado se detiene a su lado, pues de inmediato el instinto le dice que se trata de un atraco.
Aunque todavía no haya un marco legal para impedir que cualquier individuo use las capuchas o pasamontañas, el sentido común sugiere que las autoridades policiales deben arreciar los operativos para evitar que los atracadores y asesinos recurran a esos medios para cubrir su rostro por completo mientras ejecutan sus vandálicas acciones.