En el congreso de la Fuerza del Pueblo: Consolidación e institucionalización

Por Leonel Fernández.

Ayer domingo culminó, en forma exitosa, la celebración del Segundo Congreso Ordinario, Dr. Franklin Almeyda Rancier, de nuestro partido, la Fuerza del Pueblo. Fue un proceso que comenzó en junio del año pasado, con la participación de centenares de miles de miembros en todo el territorio nacional y en las tres seccionales del exterior.

Ese congreso ha servido para repensar nuestra relación con la sociedad dominicana, vislumbrar el futuro, así como para consolidarnos institucionalmente y continuar nuestro proceso de crecimiento.

La Fuerza del Pueblo es la más joven de las organizaciones políticas de la República Dominicana. Obtuvo su reconocimiento legal por parte de la Junta Central Electoral en el 2020.

Con tan solo cinco meses de haberse formado, participó en el certamen electoral de junio de ese año alcanzando 5.7% de la votación, pasando del lugar número 18 en la boleta electoral, al número tres.

En el último torneo electoral del 2024, conquistó cerca del 30% de los votos, avanzando al segundo lugar, para convertirse en la principal organización política de oposición.

De lo que se trata ahora, en el marco del Congreso Franklin Almeyda Rancier, es de pasar de una etapa de construcción del partido a una nueva de consolidación e institucionalización de sus estructuras.
Como organización política, se considera democrática, abierta, inclusiva y participativa. Hunde sus raíces en la historia dominicana. Se reafirma en el ideario de los Padres de la Patria, de los Héroes de la Restauración; en el pensamiento democrático del Profesor Juan Bosch; en el sacrificio de los miembros de la Raza Inmortal, simbolizado en la figura de Manolo Tavárez Justo; y en la resistencia heroica de la Revolución de Abril, bajo el liderazgo de Francisco Alberto Caamaño y Rafael Fernández Domínguez.

Auge y declive de los partidos

Los partidos políticos comenzaron a surgir en Estados Unidos y en Francia, con motivo de sus respectivas revoluciones, a finales del siglo XVIII. Sin embargo, fue a partir del siglo XX, al iniciarse la expansión de la democracia como sistema político, que empezaron a organizarse los partidos políticos.

Esto así, debido a que en la medida en que se evolucionaba hacia el sufragio universal, con la participación de todos los sectores sociales, se requería de organizaciones que pudieran apelar a los ciudadanos para ejercer su derecho al voto.

De esa manera, surgieron los principales partidos políticos en el mundo. Durante un tiempo, disfrutaron de gran apoyo popular. Empero, en muchos casos perdieron su base de apoyo social, se debilitaron y se extinguieron.

Es el caso, por ejemplo, de Acción Democrática y de Copey, en Venezuela. Esas organizaciones se alternaron en el ejercicio del poder desde 1959 hasta 1998. Fueron dos grandes partidos políticos que sirvieron de ejemplo a otras naciones de la región, con aspiraciones de convertirse en regímenes democráticos.

No obstante, debido al auge de la corrupción, ineficiencia burocrática e incapacidad para distribuir en forma justa y equitativa la riqueza petrolera, el pueblo le dio la espalda en las urnas. Con el tiempo, se extinguieron.

Igual ha ocurrido en otros países. En Colombia, ya no son los liberales y los conservadores los que dominan el espectro político de ese país. En Chile, Argentina, Bolivia y Perú han surgido nuevas instituciones partidistas.

En México, el Partido Revolucionario Institucional, PRI, que gobernó durante 71 años, hoy día se encuentra sepultado en el apoyo popular del país Azteca.

Por el contrario, MORENA, solo tenía siete años al momento de alcanzar el poder en el 2018, con su candidato Andrés López Obrador. En la actualidad se ha convertido en la organización política dominante en todo el territorio mexicano.

En la República Dominicana, los partidos políticos dominantes desde los años 60 hasta finalizado el siglo XX, hoy se encuentran reducidos en su capacidad para influir en el electorado dominicano.

El futuro de la Fuerza del Pueblo

A pesar de su reciente creación, la Fuerza del Pueblo cuenta entre sus filas con hombres y mujeres de gran experiencia. Dispone de una juventud entusiasta y vigorosa, de trabajadores, campesinos, empresarios, estudiantes y profesionales comprometidos en la realización de una nueva ola de transformación, de progreso y bienestar, en la República Dominicana.

Desde nuestro atalaya, contemplamos con preocupación como en las pasadas elecciones del 2024, el índice de abstención se disparó a niveles sin precedentes. De un 72% de la población que ejercía su derecho al voto en el 2004, solo el 54% lo hizo en el último certamen electoral.

Esa abstención fue mayor que la que se produjo durante las elecciones del 2020, en plena pandemia, lo cual es preocupante. Significa que se está generando una falta de confianza del electorado en el sistema político del país.

Entre las razones, podrían estar el incumplimiento de promesas electorales, el desempleo, el deterioro de los servicios públicos, la falta de oportunidades, la criminalidad, el abuso de los recursos del Estado, el clientelismo, la cooptación de funcionarios municipales por parte del oficialismo; la compra de cédula y la corrupción.

Para enfrentar esos males, durante cerca de un año, la Fuerza del Pueblo organizó 21 mesas temáticas. Promovió debates a través de encuentros regionales y diálogos virtuales. Realizó consultas, tanto con los miembros de la organización, como con ciudadanos independientes. Elaboró un diagnóstico de la realidad nacional e hizo una evaluación de los procesos electorales.

Reformó sus estatutos y reglamentos. Elaboró un código de ética, disciplina y transparencia. Se planteó la formación política de sus miembros, la relación del partido con la sociedad y la puesta en ejecución de su transformación digital.

Aprobó políticas sobre economía, seguridad ciudadana, medio ambiente y recursos naturales. Diseñó un programa en el ámbito congresual y municipal. Adoptó políticas de juventud y de la mujer. Además, sociales, comunitarias y sectoriales.

En fin, la Fuerza del Pueblo, por medio de su congreso, se prepara y se fortalece para emerger triunfante en el compromiso cívico del 2028; en ser un faro de luz y de orientación, para devolverle al pueblo dominicano su dignidad y la esperanza de un mejor porvenir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.