Irán establece una línea roja mientras Europa amenaza con el “ retorno automático” de sanciones nucleares

Vali Kaleji.

Ilustración: The Cradle

A medida que avanzan las conversaciones nucleares indirectas entre Estados Unidos e Irán, el temor de Europa a ser marginada provoca una arriesgada maniobra diplomática en Estambul.


En el marco de las negociaciones nucleares indirectas entre Teherán y Washington, los viceministros iraníes de Asuntos Exteriores Majid Takht-Ravanchi y Kazem Gharibabadi se reunieron el 16 de mayo en Estambul con sus homólogos europeos de Francia, Alemania y Gran Bretaña, los llamados E3 del Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés).

La reunión, celebrada en el Consulado General de Irán y auspiciada por Turkiye, congregó al vicesecretario general de la UE para Asuntos Políticos, Enrique Mora, y a su colega Olof Skoog, junto al viceministro turco de Asuntos Exteriores, Abdullah Celik.

Los debates se centraron en el futuro del acuerdo nuclear de 2015, el estado de las negociaciones indirectas Irán-EEUU y los esfuerzos colectivos para evitar una nueva escalada mediante la diplomacia.

Aunque se celebraron tres rondas anteriores de consultas entre Teherán y el E3 el 29 de noviembre de 2024, el 13 de enero y el 24 de febrero de 2025, la sesión de Estambul marcó un momento crucial: el primer compromiso desde la reactivación del diálogo indirecto Irán-EEUU.

Europa al margen de las conversaciones nucleares

Crucialmente, la UE, al igual que en el proceso de paz en Ucrania, se vio marginada por Washington. Esta exclusión diplomática ha intensificado la urgencia de Bruselas por reclamar relevancia en el marco de las negociaciones nucleares, incluso, al parecer, si esto significa actuar como aguafiestas.

En el centro de la cumbre de Estambul se encuentra el mecanismo de snapback, un instrumento incluido en el JCPOA que permite a cualquier signatario volver a imponer todas las sanciones de la ONU que existían antes del acuerdo de 2015. La cláusula, originalmente concebida como una salvaguarda, amenaza ahora con convertirse en un garrote geopolítico.

Ante la inminente expiración del JCPOA en octubre de 2025, Teherán teme que el E3 pueda invocar el mecanismo ya este verano, citando el supuesto enriquecimiento de Irán por encima del 60% y sus crecientes reservas de uranio enriquecido.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noel Barrot, no se anduvo con rodeos durante un discurso pronunciado el 28 de abril ante el Consejo de Seguridad de la ONU, afirmando que si los intereses de seguridad europeos se ven comprometidos, Francia

no dudará ni un segundo en volver a aplicar todas las sanciones que se levantaron hace 10 años.

Su declaración, que resonó en los círculos diplomáticos, fue ampliamente interpretada en Teherán como un duro ultimátum.

El representante permanente de Irán ante la ONU respondió con contundencia, acusando a Francia de hipocresía y advirtiendo de que los propios incumplimientos del acuerdo por parte de París hacen legalmente indefendible cualquier activación del snapback.

El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, se hizo eco de esta postura en un artículo de opinión para Le Point, caracterizando las discusiones de Estambul como “un comienzo frágil pero prometedor”al tiempo que advertía de que “el tiempo se acaba”. Escribió:

Las decisiones que tomemos ahora darán forma a las relaciones Irán-Europa de maneras que van mucho más allá de este acuerdo. Irán está preparado para avanzar – esperamos que Europa también lo esté.

Tras las conversaciones, Gharibabadi escribió en X:

Intercambiamos puntos de vista y discutimos el último estado de las negociaciones indirectas sobre el levantamiento nuclear y de las sanciones. Irán y el E3 están decididos a mantener y aprovechar al máximo la diplomacia. Nos reuniremos de nuevo, según proceda, para continuar nuestro diálogo.

El enviado británico Christian Turner se hizo eco de este sentimiento, afirmando el compromiso compartido de mantener abiertos los canales de comunicación.

‘Trigger Plus’

Sin embargo, no todas las valoraciones de la cumbre de Estambul fueron diplomáticas. El diario Farhikhtegan, con sede en Teherán y alineado con el establishment conservador iraní, describió la sesión como tensa y combativa.

Según su informe, el E3 presentó severas amenazas, incluida una propuesta de lo que denominaron ‘Trigger Plus’, una ampliación del mecanismo original de snapback que permitiría medidas punitivas preventivas sin necesidad de justificación técnica.

Los funcionarios iraníes, informó el periódico, rechazaron esta demanda no sólo por considerarla ilegal y carente de fundamento, sino también por presentarla en un tono “inapropiado”.

La parte iraní reiteró que, aunque sigue abierta a la participación de la UE en negociaciones nucleares más amplias, cualquier activación del mecanismo de repliegue desencadenaría una retirada inmediata de Irán del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

Mohammad Ghaderi, antiguo redactor jefe de Nour News -un medio de comunicación cercano al Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán- resumió la postura de forma contundente en las redes sociales:

En las tensas negociaciones con Irán el viernes, [el E3] mientras solicitaba participar en las conversaciones Irán-EE.UU., hizo peticiones no técnicas e ilegales, denominándolas ‘Trigger Plus’. Pero la respuesta de Irán fue clara: enfatizó que la activación del Mecanismo de Disparo conduciría a su retirada del TNP.

El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, de forma característica, ni confirmó ni negó estos informes, optando por la ambigüedad estratégica para mantener la influencia sobre las múltiples vías de negociación.

El plazo de octubre: Implicaciones estratégicas

A medida que se acerca la fecha de expiración de octubre de 2025, Irán ha acelerado sus esfuerzos para comprometer a los miembros restantes del marco 4+1: China, Rusia, Francia, Gran Bretaña y Alemania.

Las reuniones trilaterales con Moscú y Pekín han subrayado la estrategia de Teherán de construir un amortiguador diplomático multilateral frente a la presión estadounidense-europea.

Sin embargo, la cláusula de repliegue sigue siendo la palanca más potente del arsenal del E3. Según el artículo 36 del JCPOA, cualquier signatario puede elevar una disputa sobre el cumplimiento al Consejo de Seguridad de la ONU.

Una vez iniciado, este proceso no requiere votación ni consenso, lo que significa que los vetos ruso y chino quedan anulados.

En caso de que se desencadene, se restablecerían automáticamente las siete sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU levantadas anteriormente, un escenario con graves consecuencias para la economía iraní y su estrategia regional más amplia.

Los analistas sugieren que el E3 podría presionar para que este mecanismo se activara ya en julio o agosto, maximizando así la presión diplomática y dando tiempo a moldear la opinión mundial. Si eso ocurre, es probable que se materialice el recurso de Teherán a la retirada del TNP, una amenaza reiterada desde 2019.

El viceministro de Asuntos Exteriores, Kazem Gharibabadi, reforzó esta línea roja en respuesta a una reciente resolución del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA): “Si Europa aplica el snapback, nuestra respuesta será retirarnos del TNP». Como Araghchi, escribiendo de nuevo en Le Point, declaróinequívocamente:

Irán ha advertido oficialmente a todos los firmantes del JCPOA de que el abuso del mecanismo de snapback acarreará consecuencias: no sólo el fin del papel de Europa en el acuerdo, sino también una escalada de tensiones que podría llegar a ser irreversible.

La desesperación de Europa por ser relevante

La insistencia de Europa en imponerse en las conversaciones del JCPOA se deriva de su decreciente influencia en los asuntos mundiales.

Desde la guerra de Ucrania hasta el Golfo Pérsico, la UE ha quedado reducida a un actor secundario. En el asunto de Irán, esta marginación es especialmente cruda.

Mientras Washington y Teherán se acercan a una fórmula bilateral, Bruselas se encuentra en gran medida ignorada. Nosratollah Tajik, antiguo diplomático iraní, argumenta:

La principal preocupación de Europa es que Irán y Estados Unidos lleguen a un acuerdo bilateral sin tener en cuenta los intereses europeos. Muchas de las crisis de Oriente Medio [Asia Occidental] salpican a Europa.

La falta de una política coordinada de la UE respecto a Irán no hace sino agravar esta ansiedad. Theo Nencini, experto en Irán de Sciences Po Grenoble y de la Universidad Católica de París, coincide:

Los países del E3 aún no han conseguido definir una ‘política iraní’ coherente y relevante.Desde Trump 1.0 hasta Biden, siempre han estado acostumbrados a seguir de plano las posiciones estadounidenses.

Nencini cree que las inesperadas conversaciones directas entre Estados Unidos e Irán cogieron desprevenidos a los europeos, lo que los llevó a apresurarse para implicarse en el proceso de negociación a pesar de que “siempre han mantenido una actitud muy estricta hacia Irán”.

¿Diplomacia o detonación?

Las conversaciones de Estambul, a pesar de sus desafíos, representan uno de los pocos salvavidas diplomáticos que quedan entre Teherán y el E3.

Si estos esfuerzos fracasaran, las consecuencias serían profundas: Irán podría retirarse del TNP, revisar su doctrina nuclear y provocar una posible escalada militar en la que participaran EE.UU. e Israel.

Un escenario así supondría la desintegración total del marco del JCPOA y haría añicos la frágil arquitectura de la diplomacia de no proliferación construida durante las dos últimas décadas.

Con menos de cinco meses para evitar esta trayectoria, recae sobre ambas partes la responsabilidad de preservar lo poco que queda de confianza mutua. Sin embargo, el margen de error sigue reduciéndose día a día.

Traducción nuestra


*Vali Kaleji reside en Teherán (Irán) y es doctor en Estudios Regionales, Estudios sobre Asia Central y el Cáucaso. Ha publicado numerosos artículos analíticos sobre cuestiones euroasiáticas y la política exterior de Irán para Oxford Analytica en el Reino Unido, Eurasia Daily Monitor de la Fundación Jamestown, el Instituto de Asia Central y el Cáucaso (Consejo de Política Exterior Estadounidense), The National Interest y el Instituto de Oriente Medio en los Estados Unidos, TRENDS Research & Advisory en los Emiratos Árabes Unidos, el Consejo de Oriente Medio sobre Asuntos Globales en Doha, Qatar, y también Nikkei Asia.

Fuente original: The Cradle

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