Pacificadores que amenazan, pacificadores genocidas

Por Lilliam Oviedo.

 

No sé hasta dónde irán los pacificadores
con su ruido metálico de paz
pero hay ciertos corredores de seguros
que ya colocan pólizas contra la pacificación.

Mario Benedetti.

Con permiso del poeta siempre vivo que en septiembre cumplirá 105 años, es preciso ampliar y actualizar la lista para incluir en ella a pacificadores que bombardean, conspiran, cometen tropelías y ejecutan agresiones en violación a todo tipo de acuerdos.

Esos pacificadores, para colmo, elaboran listas de estados patrocinadores del terrorismo en las cuales no incluyen, por supuesto, estados genocidas cuyos nombres todos conocemos.

América Latina, lejos de sumarse a Estados Unidos, debe reaccionar como región y declararse amenazada.

Como pacificadores de verdad, los únicos deseables son los pueblos mismos.

Sin embargo, no por eso dejan de ser abominables los pacificadores de mentira.

Analistas que pretenden ocultar su compromiso con el proyecto de derecha, pero apoyan a Donald Trump, han explicado su posición en la búsqueda de la paz.

De mentira y estafa se trata.

El abandono del acuerdo nuclear en 2018, las agresiones contra Yemen y contra Siria y el compromiso con el sionismo al mismo nivel que lo mantuvo dentro de la Casa Blanca Joe Biden, no impidieron que una parte importante del poder mediático lo presentara como pacificador.

En él, la condición de mentiroso es innegable, pero hay que destacar que sus mentiras son acogidas, dirigidas y patrocinadas por las instancias que sostienen el orden político actual.
Siendo candidato dijo que, tras su llegada a la Casa Blanca, la guerra en Ucrania no duraría más de veinticuatro horas.

Luego, como presidente, en un programa de televisión declaró que “estaba siendo un poco sarcástico cuando dije eso, a lo que realmente me refería es que me gustaría ponerle fin”.

¡Feas escenas para un grotesco espectáculo!

¿Es creíble, acaso, el montaje de la conversación en la cual Benjamín Netanyahu dice que Estados Unidos tiene que participar en el ataque a Irán mientras Trump asegura que debe esperar dos semanas?

Los bombardeos yanquis iniciaron pocos días después.

Si, como dice la antigua frase de factura griega, es la verdad la primera víctima de la guerra, cuando la paz es solo un nombre y la estrategia para preservarla es palabrería, la verdad se mantiene en permanente agonía, y esa agonía es ausencia, desfallecimiento, muerte.

Los analistas de las grandes cadenas dicen con frecuencia que se sabe cuándo comienza la guerra, pero no se sabe cuándo o cómo termina.

Esto es una verdad a medias y, por supuesto, una mentira.

El inicio de la guerra los medios lo declaran cuando un Estado emite una declaración, asume la responsabilidad y declara los objetivos de un ataque que ha realizado.

¿Se llama paz una situación en la cual la diplomacia y la discusión política se ejercen en condiciones de desigualdad y son anulados los acuerdos porque el negociador de mayor poder asesina a negociadores del otro lado, pacta con sus aduladores las agresiones contra sus adversarios, diseña los planes de ataque y calendariza la realización?

¿Termina una guerra con un cese al fuego ordenado desde el centro del poder hegemónico por razones politiqueras o con un acuerdo de paz cuya violación se planea al mismo tiempo que son diseñadas las jornadas de discusión y las estrategias?

En la historia política reciente hay testimonio de esto en las Memorias de Lyndon Johnson sobre la Guerra de los Seis Días.

Se puede recordar las manipulaciones de Richard Nixon y Henry Kissinger, el destino de los Acuerdos de Minsk, la invasión a Irak sustentada` con una mentira, las agresiones contra Siria y Libia, y no hay que seguir contando, porque son recientes las crónicas sobre asesinatos selectivos e invasiones.

Ocurrió en las situaciones de conflicto en Centroamérica, en Colombia, y no hay que mencionar lo que ha sucedido con Irán, porque figura en los reportes de fecha reciente.

¿Cuáles sanciones serán aplicadas a Estados Unidos y a Israel por la agresión a Irán? ¿Con qué derecho el Estado de Israel da continuidad a la masacre en Palestina?

Un orden internacional incapaz de impedir estas tropelías no solo las deja impunes, también las alimenta y se sirve de ellas.
EL SERVILISMO TAMBIÉN ES CRIMINAL
A la exigencia de Estados Unidos de que los países de América Latina definan su postura frente a Irán y a la advertencia de que apoyar el régimen iraní conlleva respaldar a “un patrocinador estatal del terrorismo, la Organización de Estados Americanos (OEA), por su naturaleza y composición, fue incapaz de responder con la debida firmeza.

Eso es impartir una orden para que América Latina actúe como enemigo de Irán.

Estados Unidos ordena como tutor, como jefe.

América Latina no es traspatio, y eso debe quedar claro.

Genera la exigencia yanqui inquietud en torno a la estabilidad y a la seguridad misma de la región.

¿Con qué derecho los estrategas yanquis elaboran una lista de Estados patrocinadores del terrorismo? ¿Con cuál fundamento incluyen a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo? ¿Bajo qué pretexto se arrogan el derecho de exigir a los gobiernos de América Latina declararse enemigos de Irán?

La prepotencia imperialista es inocultable y la injerencia, ejercida veladamente o en forma de descarada imposición, es ofensiva y dañina.

¿En qué entidad del poder imperialista trabajan los estrategas que pusieron en boca de Mark Rutte la servil adulación a Donald Trump en la reciente reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN?
Dice el secretario general de la OTAN:
«Señor presidente, querido Donald.

Felicitaciones y gracias por tu acción decisiva en Irán, fue algo verdaderamente extraordinario y algo que nadie más se había atrevido a hacer.

Hace que todos estemos más seguros.

Estás volando hacia otro gran éxito en La Haya esta tarde.

NO ha sido fácil, pero todos han firmado el 5% [en gasto en Defensa]”.

Se desnuda con ello el servilismo de los líderes europeos y su incapacidad para abandonar la condición de lacayos.

En el caso de América Latina y el Caribe, la condena a la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo debe hacerse sentir, es una reacción no solo de solidaridad y de digno ejercicio de soberanía, sino, sobre todo, de defensa a los intereses de cada Estado.

Cada Estado latinoamericano, cada país del Caribe, debe responder, porque está amenaza su integridad.

Leer entre líneas la declaración del Departamento de Estado obliga a pensar en esto.

Estados Unidos ha criticado la relación entre Irán y Venezuela y ha pretendido pautar (con éxito en casi todos los casos) la relación de América Latina con China. ¿Cabe la tutela entre los elementos de relacionamiento reconocidos como legítimos?

En su irónica composición, Mario Benedetti advierte que “cuando los pacificadores apuntan, por supuesto, tiran a pacificar/ y a veces hasta pacifican dos pájaros de un tiro…”.

Hay que decir que, como no sabe hacia dónde dirigirán el tiro y cuáles serán los dos, tres o quién sabe cuántos pájaros, porque solo los pacificadores saben agruparlos, la reacción de América Latina como región no puede ser dictada por Javier Milei y otros serviles por todos conocidos.

A grandes amenazas, firmes posturas.

Y ante el abuso y la agresión imperialista, enérgica condena y firme decisión.

Los pueblos tienen la tarea de construir la esperanza… Y la realizarán.

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