Saludan acuerdo de paz RDC-Ruanda mientras mediación de EE.UU. levanta sospechas
La Unión Africana (UA) celebró la firma del acuerdo de paz entre la República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda, suscrito el viernes en Washington, y calificó el hecho de hito significativo para la seguridad y la estabilidad a nivel regional.
El presidente de la Comisión de la UA, Mahmoud Ali Youssouf, quien presenció la rúbrica del pacto entre los Ministros de Exteriores congoleña, Thérèse Kayikwamba, y ruandés, Olivier Nduhungirehe, en presencia del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, elogió los esfuerzos para fomentar la paz. También asistieron representantes de Catar y Togo, este último como mediador de la UA desde abril.
Youssouf agradeció el “papel constructivo y el apoyo” de Estados Unidos y Catar, que facilitaron el diálogo para el “Acuerdo de Washington”. Sin embargo, remarcó que alianzas internacionales de este tipo deben estar “ancladas en marcos y prioridades lideradas por África” para lograr soluciones duraderas.
El acuerdo busca poner fin a tres décadas de tensiones y al conflicto del este de la RDC, donde el Ejército combate al M23, grupo acusado de actos terroristas y apoyado por Ruanda. El documento estipula el respeto a la integridad territorial, la resolución pacífica de disputas y la prohibición del respaldo a grupos armados.
Incógnitas y preocupaciones
A pesar del optimismo, el acuerdo deja abiertas interrogantes y preocupaciones. Si bien EE.UU. se presentó como mediador, el presidente Trump adelantó que el documento abre el acceso a minerales críticos, asegurando que obtendrán “muchos de los derechos de los minerales del Congo”.
Sus declaraciones generaron dudas sobre los verdaderos intereses de Washington en un continente que tiene fuertes lazos de cooperación con China mediante programas integrales para el desarrollo, de beneficio mutuo.
Un investigador de la Universidad de Pretoria, el Dr. Samuel Igba, recordó que EE.UU. se involucró en la mediación tras una oferta de minerales que le hizo el Gobierno congolés. En el este del país hay grandes reservas de recursos estratégicos como el cobalto y el coltán, entre otros. Igba recordó que la riqueza mineral es un factor clave, aunque no el único, en el conflicto, por lo cual hay que buscar una solución multidimensional.
Aunque el acuerdo enfatiza el desarme del M23 y de «todos los grupos armados no estatales», no aborda específicamente a los centenares de otros grupos armados que operan en la RDC, muchos de los cuales controlan minas y extraen recursos de manera ilegal, en ocasiones para empresas de terceros países.
Tom Fletcher, subsecretario general para Asuntos Humanitarios de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), alertó sobre la ausencia de controles externos que garanticen la paz en el terreno, destacando que es «de vital importancia que todos se adhieran a este proceso».
Lamentó que el acuerdo, mediado por diplomáticos estadounidenses y qataríes, no aborde la sistemática violencia sexual usada como arma de guerra, no plantee medidas de justicia y reparación, y que haya ignorado la crisis de millones de desplazados, un «aspecto humano» fundamental.
Por otra parte, analistas critican que se excluyó a actores africanos clave en la mediación. Si bien los resultados de este acuerdo están por verse, se espera que no se trate de otro acto de manipulación de la opinión pública para legalizar el acceso sin control de EE.UU. a los minerales de RDC, mientras se olvida la crisis humanitaria que vive la población a causa de los conflictos armados entre grupos terroristas.
TELESUR.
