Pensamiento visual en la era de la inteligencia artificial.
Por Manuel Martínez
Vivimos en una sociedad, que cada día se torna más compleja. Donde salimos a transitar por vías congestionadas, contaminación ambiental y visual que provocan mal humor en los transeúntes. Para soportar esa rutina acudimos a la inteligencia emocional, visual y musical las cuales nos motivan a realizar este breve ensayo.
La inteligencia emocional: Nos ayudará a tomar excelentes decisiones y mantener la calma sin dejar de tomar en cuenta el estrés de los demás.
La inteligencia visual: Nos permite analizar, recordar o manipular informaciones visuales.
También podemos relacionar colores, formas de objetos y crear otras imágenes. Esta inteligencia visual podemos hasta decir que ha sido asaltada por la inteligencia artificial (IA).
La inteligencia musical: Se podría decir que es la capacidad que tienen las personas de percibir, diferenciar y transformar notas y ritmos musicales.
Hoy podemos hasta confirmar que la imagen compite con la palabra, es decir, la imagen se impone a la hora de crear un concepto con posibilidades de trascender al mundo mercadológico. La presente generación tiene el crédito de ser sensible y asimilar con facilidad gracias a que han nacido y formado en una cultura cada vez más visual. En adición a todo eso cuentan con sus propios medios como lo es las redes sociales y el privilegio de contar con los últimos avances de la tecnología. Se muestran muy ansiosos por consumir, analizar y contradecir los discursos. Tienen la facilidad para conectar con un público inmenso respecto a la diversidad de sus mensajes. Al mismo tiempo son dependientes de los llamados influencer y los cuales casi en su totalidad tienen una preparación cuestionable. Es muy lamentable que esos llamados influencer sean guías para muchos jóvenes.
Podemos agregar que el lenguaje visual o el pensamiento visual está transitando por su “Era Dorada” y no solo los comunicadores visuales disfrutan de las facilidades tecnológicas que ofrece la actualidad, también todos los que cultivan el conocimiento en crear un dispositivo, una lámpara o un reloj de pared. Una señal de tránsito de repente cobra vida como por arte de magia, llegando a entretener y cautivar a la audiencia y es gracias al uso de inteligencia artificial.
El pensamiento visual procesa las imágenes y los gráficos, con mas facilidad que un proceso de lectura facilitando así el aprendizaje. Pertenezco a una generación que ha tenido el privilegio único de educarse de forma análoga y desarrollarse de manera digital. En una época donde se identificaba como “dibujo publicitario” lo que hoy conocemos como comunicación visual (diseño gráfico). El proceso creativo iniciaba de una manera algo romántica. Leer todas las informaciones disponibles sobre el proyecto era como una especie de ritual terapéutico, afilar los lápices, condicionar la mesa, etc. Ese proceso se disfrutaba con placer y así las ideas nos llegaban. Ese proceso podemos identificarlo como “arte, diseño y artesanía”. Y con la llegada a principio de los 90´ a la llegada de los Hardward y los Software pues ocurrió en todo el mundo como una especie de revolución que redefinió el proceso creativo a arte, diseño y tecnología. Generando un debate muy parecido al actual con la inteligencia artificial y con la única diferencia de que ahora podemos abordar en paralelo con múltiples temas. El proceso creativo tiene nuevos desafíos, pero existen posibilidades y recursos casi infinitos, y seguirá dependiendo del cerebro humano. Mientras tanto la inteligencia artificial no genera percepción, no tiene alma, aunque su inclusión cambia todas las reglas, lo natural prevalecerá.
El logo de la compañía IBM tiene casi 70´ años de haber sido creado, pero todavía sigue proyectando la esencia tecnológica de la empresa, A mediado de los años 60´el periódico The New York Times, decidió celebrar su primer centenario con un rediseño de su logo y el resultado del primer FocoGroup fue un rechazo total de los lectores. El diseñador gráfico y calígrafo Ed Benguiat decidió hacer el rediseño en un año para poder realizar los cambios semanales hasta llegar a fin de año y así tener un logo completamente diferente al original y nadie protestó dado a que ese logo era una marca denominativa y era fundamental que la fuente conservara la personalidad del periódico.
Cuando el ex presidente Leonel Fernández, se le preguntó sobre el porqué no quería participar en un debate con sus adversarios, su respuesta fue: “El país y los políticos no conceptualizan”. Quienes tenían la responsabilidad de amplificar esa respuesta decidieron darle riendas sueltas a todas sus mediocridades, complejos y envidias contra el ex presidente Fernández. Creo que ese capítulo en la historia política fue un “retroceso” porque pudo haberse logrado un debate sobre un tema vital para que la sociedad diera un salto de avance. Hoy tenemos aspirantes a candidatos que tienen quince o veinte años en el mercado político sin ofrecer una idea sobre algo. Con esto busco establecer que la inteligencia artificial no es capaz de conceptualizar, pero que tampoco puedo decir que más adelante no sea capaz. El futuro es muy comprometedor…
Concluyo diciendo, que el desarrollo de un concepto es una exclusividad del cerebro humano y lo natural tiene la responsabilidad de crear lo artificial.
Manuel Martínez
Vicesecretario de SESVIALFP | Maestría en Comunicación Visual | Aspirante a miembro de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo