Psicología del terrorismo (2 de 2)

Por Prof. José Garcés

¿Qué persigue el terrorismo?

La psicología del terrorismo es relativamente simple y esa simplicidad no excluye una terrible dosis de perversión.

En su libro “Psicología del terrorismo” de 2005, John Horgan, explica que “el objetivo del terrorismo es únicamente extender el miedo, la inquietud y la incertidumbre a una escala más amplia que la que sería posible atacando sólo a la víctima, para así influir en el proceso político de un país”. Es decir, de lo que se trata es de atacar a tirios y troyanos, a Montescos y Capuletos. En un proceso de polarización política como está ocurriendo en Venezuela, en donde se aprecia claramente dos opciones opuestas, la opción del terrorismo es atacar los dos partidos, indistinta e indiscriminadamente; y es justamente esta bizarra característica de lo indiscriminado lo que lo hace tan perverso.

Continúa explicando Horton: “Ante la perspectiva de una campaña prolongada de atentados, la opinión pública acabará prefiriendo aceptar las demandas de los terroristas; por supuesto, esto comporta la paradoja de que el uso de métodos terroristas no facilita que el adversario acepte dialogar o hacer concesiones a los autores de los atentados”. Es decir, ante una ola de atentados con explosivos, la tendencia es a “No dialogar con terroristas”, y esto es justamente lo que persiguen los terroristas, ya que esta situación se perpetúa en el tiempo y va creando tal estado de zozobra, pánico y angustia, que la gente termina por aceptar las demandas de los terroristas.

La psicología del Terrorismo supone que, al someter a una población a sus métodos, se produce tal desequilibrio en el psiquismo de la población que optan por apoyar cualquier opción política que de alguna manera sugiera la eliminación de la ansiedad provista por los actos terroristas. Es decir, se espera que la población ejecute conductas de “Evitación y escape” al preferir la opción política que le ofrecen los mismos terroristas; esto es lo perverso del terrorismo. El mensaje que dan los terroristas a la población es: “Te voy a amargar la vida hasta que me elijas a mí”

La psicología del Terrorismo sugiere también que la violencia indiscriminada hace que la población intérprete cada víctima como una posibilidad de sobrevivencia. Por la mente de las personas cruzan ideas como: «menos mal que fue él y no yo». El individualismo provee la fantasía de que «Cada persona que muere es una posibilidad de vivir para mí».

A largo plazo puede ser muy desgastante para el Gobierno y muy desestabilizador para el psiquismo de la población. Décadas de violencia indiscriminada en Irlanda lo confirman, en donde la gente no se atrevía a ir a un parque un domingo por temor a qué explote una bomba. La angustia se pone de manifiesto y la población no puede acceder a los mecanismos normales de autorregulación y relax, como ir al cine en la Cuba de los 60 en dónde estos establecimientos eran los objetivos favoritos de los terroristas.

Un video que quiere atemorizar

Para nadie es un secreto que la derecha fascista de Venezuela ha anunciado a través de un video ingeniosamente preparado, que se van a la clandestinidad y que están *armados*, aunque sutilmente su líder hace una pequeña pausa y agrega algo así como: de sueños y esperanzas, aunque el metamensaje es claro: se amenaza con ejercer la violencia, (amenaza fatua porque ya estamos acostumbrados a su violencia criminal como sus guarimbas, y sus “comanditos” que tanta muerte y destrucción causaron). Pero fijémonos en la semiótica: en este revelador video, la líder del fascismo habla iluminada con una luz contracenital. La luz que alumbra desde arriba se llama luz «cenital». En contraposición, la luz que alumbra desde abajo se denomina luz «contrapicada» o también «contra cenital». Esta última es una iluminación vertical que incide desde abajo hacia arriba, y suele producir efectos dramáticos y exagerados en la apariencia de los objetos o personas iluminadas, por ejemplo, deformando las figuras de manera notable.

La luz contracenital es uno de los muchos recursos que tiene la fotografía para que la figura impacte emocionalmente de forma contundente. Este tipo de luz, recuerda a la fantasmagoría que se remedaba, cuando una persona se ponía una sábana blanca encima y una linterna que alumbraba de abajo hacia arriba y se la ponía debajo de la barbilla. Si a esta composición se le sumaba una voz de ultratumba, la imagen del fantasma que mete miedo estaba ya construida con efectos escalofriantes y obviamente servía para asustar a los niños. Pues bien, esto es lo que intenta la semiótica de este video. Recuérdese la mirada sostenida, impávida y dura, en la que los ojos *no parpadean* que sugieren a la mirada escalofriante del gato en la oscuridad, que no parpadea y te mira fijamente.

El gato que se ha asociado con lo maligno y con el mismísimo diablo, es una de las asociaciones inconscientes que pretende la semiótica de este particular video.

Podemos advertir que la líder de la oposición fascista está usando a su favor el epíteto de “La Sayona” que se le ha asignado en diferentes medios y pareciera que se complace en atemorizar.

Corolario

Hemos visto que la premisa fundamental del terrorismo es causar miedo al sugerir una guerra paralela a la vida cotidiana de la población. Cabe aquí la simbolización de Guerra, que se asocia en el inconsciente colectivo con Hares, el dios griego de la guerra, que tenía dos hijos “Deimos” y “Phobos” o “Pánico” y “Terror” respectivamente. Así pues, la guerra no declarada, pero viva en el psiquismo de la gente, deriva en pánico y terror, y suponen los estudiosos occidentales, que la mayoría de la gente pensaría: “mejor que muera el otro a que muera yo”. Al no poder sostener el estado de ansiedad producido por el terrorismo, la población terminaría aceptando a los terroristas como sus “libertadores”.

Sin embargo, estas premisas no son del todo ciertas. No cabe duda que quienes se aventuran en los retorcidos caminos del terrorismo, caminan sobre arenas movedizas. Ellos están tercamente imbuidos por el pensamiento occidental hegemónico y los Thik tanks del imperio, que nunca han conocido bien la idiosincrasia de nuestros pueblos nuestroamericanos y mucho menos al venezolano. El individualismo no parece ser la opción dominante en los momentos críticos, más bien el sentimiento de solidaridad y sinergia es lo que aparece en momentos de crisis; la tragedia de Vargas dio fe de ello. En la misma línea de pensamiento, el creer que “mejor que mueras tu que yo” parece aplicarse más a sociedades altamente influenciadas por el individualismo como la británica o la estadounidense. En este último país son frecuentes los tiroteos, en los que cualquier sujeto se arma con un rifle y dispara a la gente indiscriminadamente; 20 o 30 muertos son cifras frecuentes de este tipo de conducta, que es producto de la incomunicación reinante en esas sociedades, en la que un sujeto no se reconoce como participante de una colectividad sino como solamente una individualidad. La realidad es que han sido entrenados en la competencia como único medio para participar en la sociedad, y eso lo da el estilo de vida capitalista, ahora mal llamado “Libertario”, y en esa competencia ven a cada persona como un enemigo potencial. En Venezuela por el contrario, nos damos la mano y de alguna manera sabemos que, como decía el Buda: “No hay salvación individual»; en los primeros ataques a PDVSA que generaron desabastecimiento de gasolina, los venezolanos pasaban las largas horas de espera jugando dominó y haciendo sancocho *y no importaba con quien jugara, sea chavista o de oposición*. De manera que el individualismo, aunque definitorio de los sectores medios y altos de Venezuela, no parece estar tan afianzado en el corazón del pueblo.
Los venezolanos han demostrado que pueden manejar altísimos niveles de ansiedad y siempre con una sonrisa en los labios, así que una opción terrorista cuadra muy bien, pero solo en los libros de los Think Tank gringos.
Los videos que intentan causar miedo, más bien producen hilaridad y hacen pensar en una necesidad patológica de ese personaje, en la que no se descarta un brote psicótico.

La sugerencia a los líderes de la oposición es que ofrezcan a sus seguidores enseñanzas en habilidades de comunicación socialmente aceptadas para el normal ejercicio de la democracia y sean orientados en el uso de la palabra como medio fundamental de las sociedades civilizadas para dirimir las diferencias. No se debe acabar con ninguna opción política como lo propone el fascismo, más bien, a partir de los diferentes puntos de vista, podemos enriquecer los métodos y enfoques para construir un país mejor.
Desde una Revolución que cree en el amor, creemos que nadie tiene que morir y que debemos reivindicar y rescatar para nosotros con sólidos e incontrovertibles argumentos esta consigna que dejamos para todo el pueblo venezolano:
¡No al terrorismo!
¡Patria y vida!

Referencias:
1. Horgan, John (2005). Psicología del terrorismo, Editorial Gedisa
2. de la Corte, Luis, (2007). Siete principios psicosociales para explicar el terrorismo. Psicothema 2007. Vol. 19, nº 3, pp. 366-374

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