Hermenéutica de la filosofía, la literatura y del sujeto creador: El caso de la obra ‘Duda de la duda’, de Joseph Mendoza

Exponer la duda sobre el tapete de la discusión lo conlleva también a cuestionarse a sí mismo, como pensador, y es lo que conlleva a presentarnos un enfoque directo, explicativo y claro, desde su filosofar.

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Desde «La duda de la duda«, el sujeto-autor replantea su filosofar hacia un teorizar que se encamina a presentar ante los lectores y las lectoras, como una propuesta para la vida, desde un ensamblaje discursivo simple, claro y preciso, algo muy extraño en la discursividad de la mayoría de nuestros filósofos.

Usted se preguntará: ¿y dónde está lo creativo en el filosofar del sujeto-autor? Su potencial creativo se pone de manifiesto en el uso innovador de presentar sus visiones teóricas sobre la duda, desde un decir simple, con sencillez y sin perder su valor académico.

Este autor es entendible, hasta por los que no están vinculados con la filosofía y sus múltiples universos de saberes.

Exponer la duda sobre el tapete de la discusión lo conlleva también a cuestionarse a sí mismo, como pensador, y es lo que conlleva a presentarnos un enfoque directo, explicativo y claro, desde su filosofar.

¿Es esta una apuesta cognitiva que convoca al debate o la discusión, por parte de los entendidos de esta disciplina y hasta por la gente común, porque todos y todas dudamos y estamos obligados a buscar respuestas pertinentes a nuestra duda?

Situar este saber en los ribetes de la hermenéutica nos sitúa sobre los planos interpretativos del discurso. La lengua aquí queda proyectada más allá de la duda, porque empuja hacia la búsqueda de nuevas miradas políticas del conocimiento y sus valores humanilísticos.

Más allá de los planteamientos de la interpretación del discurso, en esta obra, el sujeto-autor nos pone frente a un filosofar analítico, situado en el cuestionar lo existente, porque la duda, en sí misma, es la construcción de otros sentidos de nuevos saberes.

 Dr. Joseh Mendoza.
Dr. Joseh Mendoza.

Esa discursividad sobre el cuestionar lo manifestado en el texto es lo que sitúa al sujeto-autor en los planos de la creatividad.

Esto nos confirma que, sin importar los planos del conocimiento que se aborden al momento de escribir, el potencial creativo del sujeto-autor marcará siempre la diferencia, desde el uso o el manejo de la lengua en movimiento.

Desde «La duda de la duda«, el sujeto-autor procura establecer una dialogía con sus lectores y con sus lectoras. No es su intención conllevarnos a «interpretar» su discurso, sino a que su decir filosófico sea cuestionado y que sea visto desde una mirada analítica.

Estamos ante un aporte a la filosofía dominicana contemporánea, donde ni el clásico Descartes queda libre de ser cuestionado. Vamos:

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