La JCE y su gran reto del 2024
Por Carlos Nina Gómez.
La Junta Central Electoral (JCE), tras organizar y montar las próximas elecciones -en sus diferentes segmentos: municipales, congresuales y presidenciales- del 2024, ¿podrán sus ejecutivos proclamar que ha triunfado la democracia?
¿Cuál es la respuesta más adecuada a la compleja pregunta?… ¿Pero quienes están en capacidad de responder con objetividad y apegados a la realidad política-electoral del país?
Precisamente, y en ese contexto, el pleno de la JCE dio a conocer -hace dos semanas- el informe oficial que corresponde al programa de capacitación a su personal.
Es un programa que se ejecuta a través de la Escuela Nacional de Formación Electoral y del Estado Civil (EFEC) y con una Dirección de Gestión Humana.
El evento, que desde ya está en acción, tiene la importante finalidad (ha declarado Román Jáquez Liranzo, presidente de la JCE), de poner a funcionar, de manera positiva y en favor de los nuevos certámenes electorales, el llamado Taller de Atención al Ciudadano y Calidad en el Servicio.
Textualmente Jáquez Liranzo, sin sigzagueos, expuso: “Este programa ha impactado de manera directa a 4,644 colaboradores de los más siete mil con los que cuenta la JCE a nivel nacional e internacional, lo que representa el 62 % de toda su empleomanía”.
La historia reciente (electoral), registrada en el traumático año 2020 -normado por aquella tétrica etapa de la pandemia que trajo el bestial virus del coronavirus- ocasionó serios problemas en el panorama político dominicano.
Las elecciones presidenciales de ese año, que estaban programadas para el tradicional mes de mayo, tuvieron que posponerse después registrarse serios inconvenientes y agrios debates respecto al proceso de elección.
Los entonces ejecutivos de la JCE estuvieron en aprietos. Fue cuestionado su trabajo concerniente a realizar unos comicios limpios, transparentes y apegados al sistema democrático de República Dominicana.
El presente artículo no profundiza en el análisis sobre la aguda crisis electoral de los convulsionados comicios presidenciales. El país conoce al dedillo esa gris historia.
La JCE de ahora tiene el gran reto de borrar aquella peligrosa crisis y garantizar -y así lo creen los sectores más sensatos- que en mayo del 24 tengamos unas elecciones sin traumas, claras, democráticas y que no se filtren visos de fraudes. ¡Eso la sociedad no lo aceptará!
En los últimos meses en países latinoamericanos se han celebrado limpias elecciones democráticas y sin trampas. Honduras, Perú, Ecuador, Chile y Colombia son naciones ejemplos de las más recientes elecciones (limpias) presidenciales.
Así debe ocurrir en nuestro país…¡es el gran reto que tiene la JCE!