Lo triste de nuestro Senado

Por: Luis Córdova

Valorar la gestión de los legisladores, en una democracia representativa, corresponde a los ciudadanos tanto con el premio del voto como con crítica, la demandas de sus derechos.

Escuchar a senadores esgrimir ante el país que son importantes por una militancia determinada o que tienen mayor jerarquía por la cantidad de votos aportados convierte a ese hemiciclo en un decadente escenario donde colapsó la razón.

Los votos, como cifra, no nos dicen mucho, más cuando sabemos del mercado electoral y los vicios de una democracia corrompida.

Se gana con votos pero se gobierna con buena imagen.

Se gobierna con capacidad y no con membrecía, se consolida reconociendo en el otro las condiciones que no tenemos.

Lo triste de nuestro Senado es ver reducida la discusión de su presidencia a estos argumentos tan pueriles. Sabedores de sus falencias critican todo control posible, todo escenario donde salga a flote el real ser.

Cuando el líder de la nación debe ser distraído para algo de esta naturaleza, uno se cuestiona si el problema es de nuestro sistema o si se equivocaron los romanos cuando se inventaron esta institución.

Yo no lo sé, pero de seguro muchos “senadores” tampoco.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.