El experto recuerda que, en otras ocasiones, Washington ha utilizado sus agencias y otro tipo de herramientas para intervenir en otras naciones, bajo el argumento de proteger los derechos humanos.
«Se ha demostrado, no solo en el caso de México, sino en varias partes del mundo, específicamente en su momento en Venezuela, para desestabilizar a Hugo Chávez, también al Gobierno de Perú y al de Rafael Correa [en Ecuador] (…), que la USAID ha sido prácticamente un brazo de la política exterior de Estados Unidosdisfrazada de cooperación internacional. Entendamos que, dentro de las relaciones internacionales, este concepto también funciona como mecanismo de sometimiento para los intereses, sobre todo de las grandes potencias, y eso es lo que está haciendo Washington», explica Ramos.
La tensión bilateral crece
El docente de la UNAM señala que, tras la queja de López Obrador enviada a Biden, es altamente probable que Estados Unidos niegue que la USAID esté actuando de manera injerencista en México y que apele a que sus labores son en favor de la democracia y los derechos humanos.
«Esto nada más es un reflejo de las relaciones tensas que hay ahora entre México y Estados Unidos, que también se deja ver por las recientes declaraciones en muchos ámbitos, como el tema del fentanilo, del tráfico de armas de Estados Unidos hacia [el territorio mexicano] y el asunto de catalogar a los cárteles como células terroristas», reflexiona.
Además, asegura que, en el plano internacional, Washington está tratando de alinear a sus aliados «por las buenas o por las malas».
«A nivel global, donde países como Rusia y China están teniendo un protagonismo muy importante, Estados Unidos, por las buenas o por las malas, quiere alinear a sus socios y se ha demostrado que México, al menos durante la actual Administración, intenta ser menos entreguista en comparación con sus Gobiernos antecesores. Todos sabemos que hasta
Luis Echeverría, por mencionar algunos [actores políticos], fueron parte de la misma nómina de la CIA», afirma Muñoz.
A esto se debe sumar el tema de las elecciones presidenciales tanto en México como en EEUU durante 2024.
«Hay que estar al pendiente sobre lo que suceda en [los comicios] en Estados Unidos, puesto que también dependerá mucho de si Biden logra reelegirse o llega otro personaje porque, en el caso específico de que ganara el señor Donald Trump, modificaría muchísimo en el escenario internacional (…)», señala Ramos.
«[Por este periodo electoral] hay mucha tensión entre las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos. Esto continuará evidentemente y se enfurecerán aún más [los políticos estadounidenses] cuando se acerquen las elecciones, porque [el tema] también representa votos para el próximo candidato de la Casa Blanca, puesto que
el sufragio latino tiene un papel relevante», concluye.