Descenso del movimiento progresista en el país

Ramón Antonio Veras.

1.- Ser realista, no es ser aliado de la frustración. Por el contrario, es ver las cosas tal como son, pensando y actuando con sentido práctico, para no sustraerse a la realidad.

2.- Toda una generación de mujeres y hombres que desde siempre se han preocupado para que el país avance en lo económico, social e institucional, estamos convencidos de que cada día se hace más difícil la materialización de lo que ha sido nuestra aspiración de felicidad para el pueblo dominicano.

3.- En plena juventud, por allá, en los primeros años de la década del 60 del siglo pasado, con entusiasmo y mucho ardor ante el triunfo de la Revolución Cubana y la desaparición física de Trujillo, nos formamos la idea de un cambio político y social que había llegado o estaba próximo.

4.- Todas las organizaciones cívicas y de masas, que en el país se constituyeron en el período comprendido entre 1961 y 1970, contaron con la presencia y dinamismo de dominicanos y dominicanas portadoras de ideas renovadoras.

5.- Aunque no fuimos a las urnas en las elecciones del 20 de diciembre de 1962, defendimos con sinceridad la decisión del pueblo y la Constitución de 1963.

6.- Ante el golpe de Estado a Bosch, todo el movimiento democrático y progresista dominicano, de manera independiente y en unión al PRD, incidieron en las actividades populares, cívicas y militares.

7.- Si hacemos una comparación de la presencia del accionar progresista desde 1961 hasta ahora, el examen nos permite comprobar que se ha producido un notorio descenso.

8.- En tiempos pasados, se notaba la presencia de mujeres y hombres revolucionarios en los sindicatos, gremios y asociaciones, pero en el presente han dejado de sobresalir.

9.- Anteriormente, la persona progresista generaba importancia por sus méritos como luchador social y tradición de lucha política acrisolada. Era vista con calidad y condición de dirigente.

10.- La forma de ahora hacer política al margen de conducta, ideas y principios, guarda relación con la fragilidad en el país de las organizaciones progresistas.

11.- El hecho de un actor cualquiera destacarse en la política, sin haber exhibido buena conducta, sanas ideas y principios éticos y morales, ha fomentado la banalidad y restado importancia a quien tiene alto concepto del quehacer político.

12.- La mercancía dinero ha sustituido el merecimiento, el buen crédito, el limpio historial de lucha de la ciudadana o el ciudadano que llegó al ajetreo político para servirle a su país de manera desinteresada y cumplir como ente social conveniente a la colectividad.

13.- En nuestro país, la persona de izquierda, la que cree en el bienestar para la humanidad entera, hoy, no está organizada, aunque mantiene sus convicciones como ciudadano o ciudadana presta para serle útil a su país.

14.- Si el análisis concreto de la situación concreta, es el alma de la doctrina del socialismo científico, la realidad nos dice que en la actualidad el movimiento de izquierda debe renovarse.

15.- La izquierda dominicana, de ayer, está resquebrajada. Procede restablecerla, hacerla resurgir, con nuevos bríos para que entre en caja y cumpla su función liberadora.

16.- Que a nadie le quepa la menor duda de que las convicciones, la lealtad a las ideas de transformaciones económicas y sociales, están fijas en la conciencia de quienes la abrazaron en su juventud, y todavía las mantienen en la tercera edad y hasta que respiren.

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