Francisco Alberto Caamaño Deñó

Biografías Patrias para Estudiantes

Por Juan Carlos Espinal

(1932-1973) Militar y líder revolucionario. Nació el 11 de junio de 1932, en Santo Domingo. Hijo del teniente general Fausto Caamaño Medina, quien llegó a ser Secretario de Guerra y Marina durante la tiranía de Trujillo, y de Enerolisa Deñó. Inició su carrera militar en la Marina de Guerra y luego continuó en el Ejército Nacional y en la Fuerza Aérea Dominicana. Se desempeñó también en la Policía Nacional. Efectuó cursos de entrenamiento en Estados Unidos, en 1954, también en Panamá y en su país, entre 1954 y 1960. Fue trasladado a la Policía Nacional con rango de mayor en 1960, siendo designado jefe de adiestramiento y comandante de efectivos contra motines en 1962. Alcanzó el rango de coronel.

En 1964 se unió al grupo militar “Enriquillo” que dirigía el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, un movimiento conspirativo que tenía como objetivo el derrocamiento del régimen de Donald Reid Cabral y el retorno al orden constitucional desaparecido en septiembre de 1963, cuando fue derrocado el gobierno de Juan Bosch.
Al estallar el levantamiento del 24 de abril de 1965, ocupó una posición de importancia y tres días después era el líder indiscutible de la Guerra de Abril. El 3 de mayo, tras consultas con el presidente Juan Bosch en su exilio en Puerto Rico, fue designado por el Congreso, Presidente de la República. Dirigió el enfrentamiento armado del pueblo al momento de la inva- sión estadounidense, iniciada el 28 de abril de 1965. El coronel Francisco Caamaño Deñó, funde en un solo cuerpo combativo soldados y pueblo, repartiendo las armas del arsenal militar entre los trabajadores de los barrios pobres de la capital.

En pocos días controlan el Palacio de Gobierno y el 3 de mayo él es electo presidente, por el Congreso Nacional, inician- do un período inédito de protagonismo político de los sectores populares en alianza con los militares leales a la República.
El Gobierno de los Estados Unidos, con el apoyo de la OEA, había invadido Santo Domingo con cuarenta mil marines, bloqueando la capital y masacrando indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños, para “restaurar la democracia” en la nación caribeña.
El conflicto político y militar culminó el 3 de septiembre de 1965, con la firma del Acta de Reconciliación. A propósito, diría Caamaño: “A pesar de la frustración momentánea que en esos trágicos días sufriera la Revolución, el Gobierno Constitucional decidió defender sus derechos. Naturalmente, ante la violencia y la fuerza del poderío norteamericano, representado por más de 40, 000 soldados, ya no era posible el triunfo armado del movi- miento democrático dominicano. Tuvimos que negociar con los invasores a fin de conservar parte del tesoro de democracia que habíamos comenzado a crear”.
En 1966 sale del país a ocupar el cargo de agregado militar en Londres, Inglaterra, donde conspira. Caamaño comprendiendo el papel histórico que le correspondía inició su capacitación política. Estudió el materialismo dialéctico y emprendió la tarea de continuar la lucha por la definitiva liberación del pueblo dominicano. Intentó crear desde el exterior un frente patriótico que aglutinara a todos los sectores y fuerzas políticas presentes en la Revolución de Abril. Fue en vano su esfuerzo debido a las divisiones entre partidos y líderes.
Desde Londres preparó, meticulosamente, su viaje clandes- tino a Cuba. Allí permaneció durante varios años y se preparó para luchar por una auténtica revolución socialista, convencido de que era posible desencadenar otro proceso de cambio en su patria.

Caamaño dirigía un pequeño grupo guerrillero que fue
exterminado por las fuerzas represivas del Gobierno de Los doce años, de Joaquín Balaguer tras desembarcar, el 3 de febrero de 1973, en Playa Caracoles e internarse en las montañas, donde él fue capturado vivo y luego asesinado por orden del estableci- miento políticosocial y económico dominante.

Síntesis de su pensamiento
Patriota, antiimperialista y defensor de la unión de Latinoamérica y el Caribe. Mientras avanzaba en su acción revolucionaria adoptó las banderas del socialismo. Vio un ejemplo en la Revolución Cubana y estudió el materialismo dialéctico para aplicarlo a la lucha de su pueblo. Creyó en la integración del ejército y el pueblo armado para la defensa de la nación. Defendió la necesidad de unión entre los partidos de izquierda en un frente común y aglutinador de fuerzas. Trabajó incansablemente por la construcción política de un frente patriótico.

Caamaño enseñó que la lucha consecuente contra el imperialismo conduce necesariamente hacia la adopción de las ideas socialistas, siendo insoslayable, para alcanzar el objetivo, la unidad del pueblo y de las Fuerzas Armadas. Desgraciadamente la desunión de las fuerzas populares dominicanas malogró su empeño. El ejemplo de Caamaño al resistir la invasión estadounidense ha quedado grabado en la conciencia de los pueblos

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