Nuestra juventud, atrapada ideológicamente
Ramón Antonio Veras.
1.- En una sociedad como la dominicana, compuesta por clases sociales con intereses opuestos, la ideología que predomina es la de la clase dominante, la más poderosa en lo económico y político.
2.- La conciencia social, resultante de las ideas políticas, jurídicas, científicas, filosóficas, éticas y morales, está determinada por la superestructura que se levanta sobre la base económica. En esto reside la determinación de pensar, cómo elaborar un ideario.
3.- En el medio nuestro, el conocimiento o representación mental viene condicionado por el sistema social, desde el cual emanan las ideas, las creencias que nos formamos, las convicciones.
4.- Sobre la juventud dominicana de esta época, ejerce ascendencia en su cerebro, condiciona su manera de actuar, la ideología de los grupos con el control del Estado, sus instituciones y órganos estatales.
5.- La generalidad de nuestros jóvenes piensa, elabora sus ejecuciones, como le conviene al orden establecido, no para estar en desacuerdo, en disconformidad.
6.- La jovencita y el jovencito dominicano, ideológicamente, están para ser seguidores, mantenerse apegados a los lineamientos del statu quo, no importa lo inhumano y despreciable que sea.
7.- Los muchachos de ahora, esos que andan por ahí lo más qué sé yo, no están educados para afrontar, nunca contender; nada de plantar cara, ni mucho menos tomar el toro por los cuernos. Lo suyo es cogerlo suave, y que todo siga de mal en peor.
8.- El orden social dominicano, actual, que descansa en la desigualdad de oportunidades, ha enseñado a la juventud dominicana que lo suyo es no estar desafinando, dando la cara en reclamos sociales, haciendo protestas y movilizaciones por reivindicaciones populares.
9.- Lo que el régimen económico vigente ha desarrollado es a una juventud muy bien amansada; altamente disciplinada, a los fines de que sirva de ejemplo de lo que es portarse bien, obrar como conviene a la estabilidad sistémica.
10.- Ser modelo del jovencito de hoy, es mostrarse de acuerdo con lo degradada que está la sociedad, y sin tomar en cuenta que la misma se hunde cada día más en un fango de inmoralidades.
11.- Los hechos nos dicen que la mente del joven de esta coyuntura de la realidad dominicana, está para pachanguear, no para estar ocupándose de infelicidad, desgracia, desdicha, desventura e infortunio de sus connacionales pobres.
12.- Las muchachas y los muchachos del país, en general, están atrapados por la mercancía dinero; enganchados por el consumismo, y cogidos de arriba a abajo por las normas del individualismo, o sea, lo mío y qué me importa la desgracia de otro.
13.- A las jovencitas, a los jovencitos de por aquí, no les importa aislarse; huir de la gente del pueblo; hacer el vacío; dar de lado a los problemas sociales, o meterse en sí mismo. A ellos les da un comino conectarse e integrarse, que arrinconarse.
14.- A la juventud dominicana, que haga un examen de lo que ha sido su proceder, su actitud como ente social, y de seguro que el resultado le será frustrante, muy desilusionador.
15.- Los jóvenes de cualquier país están para exhibir realizaciones; favorecer el desarrollo humano y social, en fin, enseñar con sus actos que han vivido para hacer feliz, no decepcionar.
16.- La juventud dominicana debe darse una especie de purgante ideológico que le limpie su conciencia, y así pueda pensar libremente que su patria necesita verla apoderada de la idea de unidad de acción para, rompiendo las cadenas de la opresión, alcanzar la plena liberación.