De Venezuela, fascismo, complotismo e izquierda
César Pérez
En nombre de causas o ideas se han cometido los más aterradores abusos, crímenes masivos y selectivos, justificados mediante abyectas falacias, complicidades y silencios. El presente caso de la actual de Venezuela es propicio para reflexionar sobre estas cuestiones.
Maduro y un variopinto sector de la izquierda, repiten que la oposición preparaba “un golpe de Estado, nuevamente, de carácter fascista contrarrevolucionario”. Es una historia vieja, la de estigmatizar al disidente o la disidencia colectiva con el calificativo de fascista cuando el gobierno se reclama o es de izquierda. Y, sobre todo en el pasado, cuando es o se reclama “democrático” a quien disiente el sello ignominioso es de comunista. En la historia política, en nombre de causas o ideas se han cometido los más aterradores abusos, crímenes masivos y selectivos, justificados mediante abyectas falacias, complicidades y silencios. El presente caso de la actual de Venezuela es propicio para reflexionar sobre estas cuestiones y sobre el origen de la recurrencia al estigma fascista y el complotismo.
La capitulación del fascismo hitleriano se logró en la esfera militar, pero esa fue determinante en la historia política y de la actual civilización, siendo la ex URSS la que mayor cuota material y de vida humana puso en ese hito. Port eso el antifascismo fue consustancial a esa potencia y lo es a la democracia y a la izquierda. El fascismo fue una amenaza real para la ex URSS, pero con el final del conflicto bélico dejó de serlo, fue una referencia clave para fortalecer el sentimiento nacional de esa potencia. Pero la mentalidad complotista de sus dirigentes hizo del fascismo un mito/fantasma de uso permanente e inclemente contra la disidencia. Las grandes purgas fueron justificada como lucha contra la “amenaza fascista”.
Anteriormente la amenaza era el “complot encabezado” por Trotsky, quien a pesar de haber sido el primer presidente del soviet de Petrogrado (Leningrado), el fundador del Ejército Rojo y comisario del pueblo para la Guerra del 1918 al 24 que derrotó la resistencia armada contra la revolución, fue acusado de “agente imperialista” y asesinado en México por un sicario al servicio de Stalin. El mito de las conspiraciones internacionales contra la URSS sirvió para cometer fusilamientos, encarcelamientos e invadir a Hungría y Checoeslovaquia. Sectores minoritarios de la izquierda y de la intelectualidad condenaron esas barbaries, pero el grueso de esa tendencia la apoyó militantemente y otra con su silencio. La historia les pasó factura, las condenó a la irrelevancia política.
Fantasma del fascismo. Los sectores de la izquierda de esta región, ante el indetenible proceso de deterioro, del colapso casi absoluto de la economía. Experiencia venezolana.
La crisis venezolana concierne directamente a las izquierdas y por eso pienso pertinente que recordemos porque la acusación de fascista tenía una la fortísima carga emotiva/repulsiva, no sólo en las sociedades de los países gobernados por fuerzas de izquierda sino en todo el movimiento de esta corriente política
Saul Bellow: “algunos tesoros de la inteligencia pueden dedicarse al servicio de la ignorancia cuando es profunda la necesidad de una ilusión”.