América Latina sufre de inestabilidad «debido a que se debilitó el centro político»

Lucía Barrios

América Latina está sufriendo de inestabilidad institucional debido a que se debilitó el centro político y tomaron fuerza movimientos «populistas» tanto de izquierda como de derecha, afirmó a Sputnik el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000).
«Existe inestabilidad al haber un debilitamiento de lo que podríamos llamar la República del centro, que sería la centroderecha liberal conservadora y la centroizquierda, la socialdemocracia. En la región hay una imposibilidad de enfrentar un nuevo tiempo en medio de un cambio de civilización. Estamos pasando de la civilización industrial a la digital. Tenemos un desafío civilizatorio gigantesco: si no hay lucidez política y no hay estabilidad institucional, nos va a pasar por arriba», afirmó Sanguinetti.
El exmandatario consideró que es «indudable» que América Latina tiene una «enorme debilidad política».
«Esa debilidad política institucional repercute en todos los aspectos. ¿Cómo se puede tener una economía estable si no hay una estabilidad política? ¿Cómo se puede enfrentar los fenómenos sociales de desigualdad o pobreza si no hay una conducción clara? Eso es lo que está ocurriendo desde Colombia hasta Argentina», agregó Sanguinetti.
La región está teniendo elecciones de «dos extremos», en las que se debilita el centro y aparecen «movimientos populistas» a la izquierda y a la derecha que son «desestabilizadores», indicó.
«Hemos terminado en elecciones, por ejemplo en Chile, que parecía ser un modelo de institucionalidad, entre un joven estudiante de apariencia radical de izquierda (Gabriel Boric) y un candidato de mucha derecha (José Antonio Kast), más a la derecha de lo que sería la tradicional liberal conservadora de los gobiernos chilenos, y de la otra punta más a la izquierda que los partidos socialdemócratas», señaló.
Sanguinetti advirtió que son tiempos de populismos extremos y de caída o debilitamiento de los partidos de centro, una tendencia que también observa en Europa. Sostuvo que la situación en Perú y Ecuador, a pesar de que tienen «contextos distintos», son expresiones de la debilidad institucional que sufre América Latina.
En diciembre, el expresidente peruano Pedro Castillo intentó cerrar el Parlamento, lo que motivó que éste lo destituyera y asumiera Dina Boluarte, quien era su vicepresidenta en ese entonces. A su vez, el mandatario ecuatoriano, Guillermo Lasso, activó la llamada «muerte cruzada» para disolver el Parlamento y llamar a elecciones anticipadas, justo cuando el Legislativo votaba en un juicio político en contra del jefe de Estado por presunto peculado.
«Lo mismo ocurrió en Colombia, porque es un país con dos partidos tradicionales tan viejos como los uruguayos que terminaron desplazados en la elección, al igual que pasó en Chile y se terminó en una opción de extrema izquierda y otra de extrema derecha. Eso no da las respuestas necesarias para que gobiernos con serenidad y equilibrio puedan enfrentar los desafíos», agregó.
El 19 de junio, Gustavo Petro ganó las elecciones presidenciales frente al empresario Rodolfo Hernández, llevando al poder a la izquierda por primera vez en la historia de Colombia. Consultado sobre el clima electoral en Argentina, dijo que está «muy preocupado» porque observa una «fragmentación» que hará que sea muy «difícil» la gobernabilidad.
«Veo a un gobierno muy debilitado, un peronismo también muy debilitado y una oposición que no termina de formular una alternativa política con suficiente armonía o estabilidad. Estamos en un proceso complejo y además va creciendo una opción antisistémica porque las propuestas de [Javier] Milei son antisistémicas y eso va generando un caldo de cultivo muy negativo», agregó.
Sostuvo que espera que la oposición tenga «lucidez» para proponer una iniciativa política que «renueve» la situación.
«Creo que el gobierno está agotado y que es necesaria una alternancia, pero ojala se pueda dar en un contexto más estable y sin estas amenazas desestabilizadoras», indicó.
Según el informe de Giacobbe & Asociados, publicado a fines de mayo, el 65,1 por ciento de los argentinos afirmó que en las «próximas elecciones hay que frenar al kirchnerismo» y señaló que Milei fue el referente político con mejor imagen, con el 37 por ciento de las visiones positivas, seguido por la exministra de Seguridad Patricia Bullrich (36 por ciento) y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (26,1).
Los comicios presidenciales, por los que la ciudadanía argentina será convocada a elegir sus próximas autoridades nacionales, se celebrarán el 22 de octubre, y las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que definirán los candidatos, se celebrarán el 13 de agosto.

Integración

Por otro lado, Sanguinetti opinó que el presidente de Brasil, Lula da Silva, no está «proponiendo nada nuevo» en materia de integración regional.

«Unasur [Unión de Naciones Suramericanas] es algo fuera de tiempo. No hay ninguna propuesta nueva sobre integración. Brasil no está proponiendo nada nuevo. El proceso de integración tiene sus instituciones, tenemos la Aladi [Asociación Latinoamericana de Integración], la Celac [Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños] y el Mercosur [Mercado Común del Sur]», afirmó Sanguinetti.

Sostuvo que existe una institucionalidad de integración que no ha venido funcionando muy bien.
«Ha habido falta de capacidad de los gobiernos de poder trabajar para la integración. Brasil no ha hecho ninguna propuesta, salvo la de refrotar la Unasur que fue un circunstancial agrupamiento político que hoy no tiene ninguna vigencia», agregó.
Líderes de la izquierda sudamericana manifestaron el 28 de mayo, en diálogo con la Agencia Sputnik, sus altas expectativas sobre la reunión de mandatarios que se realizó el 30 de mayo en Brasil, especialmente por la posibilidad de que en dicha instancia se promueva la unidad regional y se instaure una reactivación de la Unasur.
Lula expresó que el objetivo de dicha reunión era impulsar la Unasur, pero algunos de los mandatarios participantes expresaron su rechazo a impulsar el mecanismo fundado en 2008 con la idea de incrementar el intercambio cultural, social y comercial en el sur de América Latina y desde esa región con otras del mundo. El bloque está en crisis desde 2018 por diferencias políticas entre sus países miembros y se encuentra paralizado desde abril de 2019.

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