AMLO promete que no será «tapadero» de Peña Nieto si indagatorias por Lozoya llegan al expresidente

Sputnik. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consideró que la detención y extradición del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin es muy importante para seguir limpiando de corrupción al país.

«Acerca de esta extradición, repito lo que ya he dicho en otras ocasiones: es algo muy importante para seguir limpiando de corrupción el país, para que no haya repetición de estos hechos vergonzosos», comentó.

Durante su conferencia del 17 de julio, López Obrador agregó que la detención de Lozoya permitirá que «se estigmatice a los corruptos, para que haya vergüenza», y se termine con esta práctica que, reiteró, es la principal causa de la desigualdad económica y social de México.Por ello, el mandatario solicitó a la Fiscalía General de la República (FGR) que se informe a la ciudadanía sobre el proceso judicial contra el exdirector de Pemex sin violar el debido proceso.»Antes, todos estos procedimientos judiciales se llevaban en sigilo, no se sabía, la gente no se enteraba porque no se informaba al pueblo. Entonces, buscando no violar el debido proceso, una recomendación respetuosa a la Fiscalía es que se informe, que se le informe al pueblo y, que se piense en lo que es el tribunal popular, el tribunal de los ciudadanos», requirió.

El presidente mexicano apuntó que el juicio contra Lozoya es clave para revelar los hechos relacionados con el caso Odebrecht, cuyo dueño, hoy detenido y juzgado en Estados Unidos, negoció una colaboración con las autoridades a cambio de una sentencia reducida. López Obrador enfatizó que que si las investigaciones contra el exdirector de Pemex llegan al expresidente Enrique Peña Nieto no las frenará.

«No soy tapadera de nadie, yo llegué a la Presidencia con el apoyo del pueblo de México, mi único amor es el pueblo de México, no tengo compromisos con grupos de intereses creados. De modo que, lo que diga el pueblo y en este caso lo que diga la autoridad competente, la Fiscalía General de la República», comentó.Emilio Lozoya aterrizó en México durante la madrugada del 17 de julio tras ser extraditado desde España. El exfuncionario fue trasladado al Reclusorio Norte de la Ciudad de México, sin embargo, las autoridades de esa entidad indicaron que no tienen registro de su ingreso al centro penitenciario.

«Efectivamente fue ingresado a un penal, pero fue trasladado inmediatamente después a un hospital privado por algunas o algunos síntomas y algunas molestias que presentó», explicó al respecto el secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo.

A su vez, López Obrador aseguró que no cuenta con detalles sobre la llegada de Lozoya al Reclusorio, pues la FGR es una institución autónoma.»Quiero aclarar que este proceso, como lo establece el marco legal vigente, está a cargo de la Fiscalía de la República. Ya no es como antes, que la Procuraduría de Justicia dependía del presidente. Ahora se trata de un organismo autónomo… Yo le tengo confianza al fiscal. Alejandro Gertz Manero es una gente integra, recta y me da confianza», expresó.

Lozoya es hijo y nieto de generaciones de la crema y nata de la aristocracia mexicana,  vuelve al país convertido en un presunto criminal bajo la figura del «colaborador protegido», según se ha anunciado públicamente por la Fiscalía General, categoría que aceleró su retorno tras haber sido arrestado en Málaga (España) en febrero de 2020.Lozoya es investigado en México acusado de formar parte del esquema internacional de sobornos, que desató diversas crisis en los sistemas políticos de América Latina a partir de las delaciones que Marcelo Odebrecht —titular de la empresa de construcción de capital brasilero— hizo al Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Un origen aristocrático

Edgar Morín Martínez es un doctor en antropología mexicano que lleva años investigando los procesos de corrupción y sus vínculos con el poder político en el país. Primero con La Maña: un recorrido antropológico por la cultura de las drogas (Debate, 2015) y más recientemente con su libro Crímenes de cuello blanco: el capitalismo de amigotes y las redes de la mafia del poder (Grijalbo, 2019) dónde siguió la trayectoria del poder de —entre otras— la familia Lozoya desde principios del siglo XX.

«En nuestro país es frecuente escuchar algunas frases o proverbios atribuidos a los chinos. La fortuna no es excepción y de ella se dice que una primera generación la produce, la segunda se la disfruta y la tercera se la acaba», escribe Morín en el inicio del capítulo titulado Redes de relaciones de su trabajo más reciente —en el que ofrece información valiosísima para comprender la sociedad mexicana, sus desequilibrios de poder y sus desigualdades históricas— y que también, parece delinear el devenir actual de los Lozoya.

Emilio Lozoya Austin —el extraditado— es hijo de Emilio Lozoya Thalmann quien fue Secretario de Estado durante el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988–1994) el primero de cuño abiertamente neo-liberal en México, así como fue también fungió como director del Instituto de seguridad y servicios sociales de los trabajadores del Estado (Issste) durante el mismo período.

Su abuelo y padre de Lozoya Thalmann, Jesús Lozoya Solís, fue gobernador del norteño estado de Chihuahua (1955 y 1956), médico del Ejército mexicano, en el que llegó al cargo de general brigadier y también fue director del Hospital Militar. Fundó dos empresas farmacéuticas: Laboratorios Infan s.a. y laboratorios Umesa durante su vida, con los que acrecentó la concentración de riqueza familiar.

«Lozoya Austin es heredero de los herederos de los ganadores de la Revolución mexicana», explicó el investigador Morín a Sputnik para graficar las generaciones de poder que ven su prestigio en juego con la extradición de su retoño. «Y fue educado para el poder», apuntó la fuente y aportó la información que sigue.

Educado en dos carreras universitarias, una en la privada ITAM de economía y una en la pública UNAM de derecho, Lozoya Austin completó su educación con una maestría en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.»A diferencia de otros políticos de tercera generación del país —como el actual Secretario de Seguridad Pública de la ciudad de México, Omar García Harfuch— Lozoya Austin fue educado en escuelas de élite, habla varios idiomas y entiendo que en algún momento le pasó lo que les pasa a muchas otras familias del poder: piensan que el país es de su propiedad», analizó Morín.

Las acusaciones

«Esa alcurnia también se manifiesta en lo jurídico y en las poderosas defensas que han asumido su caso», explicó Morín y repasó el rosario de poderosos abogados que han actuado a su favor desde su detención en España:

  • Baltasar Garzón, antiguo juez de la Asamblea Nacional española;
  • Javier Coello Trejo, antiguo procurador general de México en la década de 1970, así como procurador del consumidor durante el mencionado Gobierno de Salinas de Gortari;
  • Miguel Ontiveros, antiguo subprocurador de derechos humanos en la Procuraduría General de la República durante el sexenio del presidente Felipe Calderón (2000-2006).

«El Gobierno mexicano enfrenta a abogados de muchos recursos económicos y políticos en este caso y eso es un elemento de peso en la resolución de la acusación que se ha hecho a Lozoya Austin», explicó Morín.

Lozoya Austin es investigado por dos hechos:

  • Es acusado de comprar con sobreprecio la planta de fertilizantes Agronitrogenados, ubicada en la ciudad de Coatzacoalcos, estado de Veracruz, que había sido originalmente una empresa pública, privatizada durante el sexenio de Salinas de Gortari, quebrada durante esta gestión y comprada nuevamente por Pemex en 2013, cuando Lozoya Austin era su director, por 275 millones de dólares.

Esta empresa está vinculada como subsidiaria a otra, Altos Hornos de México, que sufrió un devenir parecido (privatización, quiebra y reestatización) y que vincula al caso a otro mexicano que espera su extradición en España, Alonso Ancira.

  • Es acusado de delitos derivados de la transferencia de 12,5 millones de dólares de la constructora Oderbrecht y Altos Hornos de México para adquirir dos inmuebles, uno de ellos una mansión de playa en Ixtapa-Zihuatanejo, según investigaciones del periodista mexicano, Raúl Olmos.

el Secretario de Seguridad Federal, Alfonso Durazo, informó  que Lozoya Austin no fue recluido en el Reclusorio Norte como le correspondía, sino internado en un «hospital privado» debido a que presentaba un cuadro de anemia y esofagitis, dónde permanece «bajo estricta custodia del ministerio público federal».

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