Análisis sobre la gestión de las Obras Públicas
Los anuncios de importantes proyectos de infraestructura y desarrollo urbanístico en nuestro país han generado expectativas, pero muchos de ellos enfrentan retrasos significativos o falta de claridad en su ejecución.
La anunciada Carretera del Ambar ha sido prometida más de cinco veces sin que se haya iniciado su construcción. Similar incertidumbre rodea al desarrollo urbanístico DR Silicon Beach, planeado para extenderse sobre 8 millones y medio de metros cuadrados, cuya ubicación y fecha de inicio permanecen desconocidas.
Proyectos como los estudios cinematográficos y varias obras hidráulicas también están pendientes. La Presa de Monte Grande, cuya finalización se proyectó originalmente para 2022, ha visto su conclusión pospuesta hasta 2027, según declaraciones de la presidenta ejecutiva del Banco Centroamericano de Integración Económica. La Presa de Guayubin y la del Alto de Yuna son promesas que aún no se materializan.
El proyecto del muro inteligente entre República Dominicana y Haití se encuentra en una situación similar, con apenas 2.7 kilómetros inaugurados de los 54 kilómetros prometidos, y con deficiencias en su construcción.
En cuanto a mejoras viales, la ampliación de la avenida de San Isidro, la expansión de la avenida ecológica y la avenida hípica en Santo Domingo reportan avances del 30% y 10% respectivamente. Sin embargo, la circunvalación de San Francisco de Macorís está estancada, mientras que la de Baní ha sufrido múltiples reprogramaciones de su inauguración.
La circunvalación de Azua se inauguró con trabajos pendientes, y las circunvalaciones de Cabarete a Puerto Plata y de Navarrete a Santiago aún no han empezado.
En el sector marítimo, la situación es igualmente preocupante. El Muelle de Cabo Rojo, aunque inaugurado con gran fanfarria, sufrió erosión y desconexión de la tierra firme en menos de un año. El Muelle de Sánchez y el de Palenque también presentan problemas, con el primero siendo inaccesible para embarcaciones y el segundo mostrando deterioro prematuro.
Los proyectos de infraestructura vial como la entrada de La Romana y Samaná, la carretera Barahona-Enriquillo y la solución del Km 9 de la Autopista Duarte han tenido poco o nulo progreso. Incluso después de su reciente inauguración, la carretera Barahona-Enriquillo sufrió un derrumbe que obstruyó el paso vehicular.
Las promesas de mejoras en servicios públicos y de transporte, como el centro de convenciones en el Distrito Nacional, la ampliación del Hospital Antonio Musa de SPM, el puerto de Barahona, el Teleférico de Santiago y el Monorriel, se mantienen en estado de promesa.
Mientras tanto, se trabaja en duplicar la capacidad de la línea 1 del Metro de Santo Domingo y en la extensión de la línea 2-C, con expectativas de finalización a mediados de este año.
Por último, proyectos de reconstrucción y construcción vial, como la Carretera Bayaguana-El Puerto, Monte Plata-Chirino, Hato Mayor-Sabana de La Mar, Avenida Hípica, y Samaná-Las Galeras, así como los centros históricos de Santiago y SFM y el Aeropuerto Internacional de Pedernales, requieren atención y acción para cumplir con las necesidades de movilidad y desarrollo económico del país.