Balaguer entre Soares y Yost

Por Joaquín Alberto Ramírez

El presidente Joaquín Balaguer acudió el 18 de enero de 1978 a la segunda conferencia sobre Comercio y Desarrollo que se desarrolló en Miami. Él calculó dos objetivos: uno era manifestar su alineación a la política exterior estadunidense; el segundo era demostrar sus capacidades intelectuales para continuar en el gobierno, y en su alocución afirmó que las fuerzas armadas no intervendrían en las venideras elecciones generales y que él conversaría con los líderes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

 

El presidente Balaguer firmó un convenio con Haití. El pacto tuvo lugar el 8 de febrero para represar el río Pedernales, y al día siguiente envió al canciller dominicano, el vicealmirante Ramón Emilio Jiménez, a Puerto Príncipe y a Cabo Haitiano donde el secretario de Estado dijo que las relaciones entre ambos Estados debían mejorar.

 

Balaguer le hace una jugada a Soares

Un mes posterior, Balaguer, ya oficialmente candidato por el Partido Reformista, firmó un pacto con la dirigencia del PRD. Acordaron la organización pacífica de las elecciones; el respeto a sus resultados; el mantenimiento de los programas sociales gubernamentales; el cuido de la seguridad de la membresía de la organización política derrotada, pero no hubo consenso con la visita a República Dominicana del premier portugués Mário Soares, quien también era vicepresidente de la Internacional Socialista.

 

El primer ministro Soares sería recibido por Balaguer en su calidad de jefe de gobierno. El presidente obviaba la condición del visitante de vicepresidente de la Internacional Socialista, y el 17 de marzo lo recibió con el gabinete completo en el Aeropuerto Internacional de Las Américas, con una salva de 21 cañonazos sin prensa ni presencia de los dirigentes perredeístas.

 

A Soares, Balaguer le organizó una recepción en la noche. El premier portugués fue despedido con el mismo protocolo de su llegada, y se dirigía a Jamaica en el avión del presidente venezolano Carlos Andrés Pérez.

 

Balaguer no recibió en su casa a Yost

Balaguer recibió el 15 de mayo las cartas credenciales de varios embajadores. Estos fueron Sergio Botto, por Chile; Robert Yost, por Estados Unidos y Patrice Le Caruyer de Beauvois, de Francia; al otro día fueron los comicios que, al escrutarse 738 mesas electorales, los militares ocuparon todas las juntas municipales electorales el día 17, y el presidente dijo que «Eso no puede permitirse. Eso sería antihistórico. Todo tiene que mantenerse en el plano institucional».

 

Balaguer fue visitado ese mismo día por el embajador Yost. El presidente escribió en Memoria de un cortesano en la era de Trujillo que:

 

El embajador de los Estados Unidos de América, señor Robert Yost, en vista de mi supuesta renuencia a recibir la comunicación directa con el secretario de Estado Vance, visitó mi residencia en la mañana del 17 de mayo, sin haber solicitado previamente la audiencia en la forma protocolar requerida […] se le hizo saber, después de haber permanecido durante varias horas en la marquesina de mi residencia particular, que solicitara audiencia por vía de la Cancillería o que dejara su mensaje escrito, en mano del jefe de la escolta presidencial.

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