Benigno Filomeno De Rojas

Biografías Patrias para Estudiantes

Por Juan Carlos Espinal

(1821-1865). Nació en Santiago de los Caballeros en 1821 y se destacó como abogado y político.

Adolescente, emigró al extranjero junto a sus padres, a consecuencia de la ocupación haitiana (1822-1844), residiendo en Inglaterra, donde se instruyó. Allí, al igual que en los Estados Unidos, adquirió amplios conocimientos teóricos y experiencias administrativas.

La Independencia de los dominicanos lo sorprendió en los Estados Unidos de América, atento a cuanto sucedía en el nuevo Estado dominicano, mientras trabajaba en la legación de Inglaterra en Washington.
Regresó a Santo Domingo en 1846, fue miembro de los cuerpos legislativos, en los cuales actuó como presidente y secretario, distinguiéndose por su laboriosidad e inteligencia.

Se integró, entre 1857 y 1858, a la Revolución Cibaeña, encabezada por comerciantes y liberales que buscaban deponer a Buenaventura Báez de la presidencia de la República. Llegó a ocupar una secretaria de Estado en el gobierno provisional y presidió el Congreso Constituyente, reunido en Moca, que concluyó en 1858 con la proclamación de una nueva constitución y la elección de Desiderio Valverde como presidente y Benigno Filomeno de Rojas como vicepresidente.

Al fracasar la revolución, Rojas emigró a los Estados Unidos de América, regresando tiempo después, acogiéndose a una amnistía del gobierno de Pedro Santana, para dedicarse a su profesión de abogado.

Proclamada la anexión a España en 1861, la aceptó como necesidad y conveniencia, pero el 16 de agosto de 1863, cuando se inició la guerra restauradora, se adhirió a la causa de la patria y en el gobierno provisional de los patriotas constituido el 14 de septiembre, le correspondió acompañar al presidente José Antonio Salcedo como vicepresidente. cuando Gaspar Polanco fue derrocado en 1865, asumió la dirección del Poder Ejecutivo como presidente de la Junta de Gobierno.

Elegido Pedro Antonio Pimentel presidente de la República, Rojas ocupó nuevamente la vicepresidencia. En esa condición viajó a la ciudad de Santo Domingo junto a Teodoro Stanley Heneken, en misión especial relacionada con el pronunciamien- to de José María Cabral contra el presidente Pimentel, en agosto de 1865.

Tan pronto llegaron a la puerta de la capital, tras un fingido buen recibimiento, fueron encarcelados e incomunicados y en el curso de un par de meses murieron ambos. Su muerte quedó envuelta en la penumbra de una conspiración bien planificada, oficialmente, se dijo que murió de tisis y que tenía 45 años, en 1865.

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