Chávez, sí, Chávez
Hernando Calvo Ospina
Publicado este 5 de marzo
Hoy, hace diez años murió, sembrando, el Comandante Hugo Chávez.
Recuerdo la última vez que intercambié palabras con él. Habíamos un grupo de invitados al interior de una carpa de mediano tamaño, instalada en un parque cercano al Palacio de Miraflores, en Caracas. El charló con nosotros durante un buen momento. Al dar por finalizada la actividad, se levantó. Entonces varios de los asistentes vinieron para estrechar su mano.
Yo estaba conversando con una compañera cuando escuché que me llamó: «Calvo!». Rápido hice los pocos pasos que nos separaban, quedando frente a él, solo separados por la mesa. Me pidió de darle la vuelta.
Ya junto a él me recordó algunas «cositas» que me habían sucedido poco antes, además de contarme otras que yo no sabía. Para pasar a decirme una frase que nunca he olvidado, inolvidable: ‘Calvo, cuídate que el enemigo es muy poderoso y no perdona’. Yo le respondí: ‘Comandante, gracias, pero cuídese Ud, yo soy simplemente Hernando Calvo Ospina, un soldado de esta humana causa. Y Usted tiene todo un pueblo que lo necesita’. Y me repitió: «Cuídate», mientras me tocaba el hombro.
Fueron las últimas palabras que intercambiamos.
No quiero saber ahora cuánto después se conoció que estaba con un terrible cáncer.
Entonces recordé lo que me dijo, pero mucho más lo que le dije: «Comandante, cuídese Ud…»
Era muy confiado, dicen que poca atención le ponía a su seguridad. Es casi seguro que le inocularon la enfermedad.