¿Cuál es el futuro de la Fuerza del Pueblo?

Por Juan Carlos Espinal.

Para entender el contexto histórico del crecimiento geométrico de Fuerza del Pueblo deberíamos aceptar que este fenómeno es un desprendimiento político.

Es necesario comprender las razones políticas por las cuales Leonel Fernández se ha movido desde el centro hacia posiciones de neutralidad.

Como todos saben, en el Bipartidismo presidencialista dominicano no se puede alcanzar un cambio socio político profundo.

No obstante, si todo marcha según lo establecido, Leonel Fernández asumirá por cuarta vez el cargo de presidente de República Dominicana el 16 de agosto del año 2028.

Se convertirá, así, – frente a la mega crisis de desconfianza que recibirá -, en el presidente en funciones que encabezará un gobierno nacional de convergencias electorales surgido de un frente amplio.

Se unirá de forma simultánea a diferentes gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe:

Claudia Sheinbaum en México; Xiomara Castro en Honduras; Daniel Ortega en Nicaragua, Miguel Díaz-Canel en Cuba, Nicolás Maduro en Venezuela, Gustavo Petro en Colombia, el movimiento indigenista en Bolivia, Gabriel Boric en Chile, Lula da Silva en Brasil. Orzi en Uruguay, por ejemplo.

Dentro del proceso de reconfiguración del progresismo en el Caribe creemos que, en la medida en que el gobierno del presidente Abinader demuestre que no pueda convertirse en clase gobernante creando riquezas, generando empleos y añadiendo valor agregado a la economía, la sociedad Dominicana en su conjunto verá necesario alcanzar un nuevo Pacto Social, Político y Económico lo suficiente como para mantener la estabilidad, porque los partidos políticos de la democracia representativa 1966-2024 ya no son la misma fuerza hegemónica de antes.

En varios aspectos, no en todos, la democracia representativa Dominicana se muestra asimisma como una versión local de las tendencias conservadoras de la derecha neoliberal estadounidense.

Esto se ve ahora en el plan de pensiones solidarias, en la devaluación del peso, en algunas acciones privatizadoras del gobierno de Abinader, en el déficit fiscal, en las fusiones de empresas estatales, en la baja calidad de los servicios públicos y en el tipo de inestabilidad que caracteriza la ingobernabilidad.

Para sobrevivir, Leonel Fernández ha tenido que moverse desde el centro político a la bipolaridad, y desde esa posición no se puede alcanzar un cambio social profundo.

Hay que decir que la convergencia opositora ha olvidado su propia historia como ente de equilibrio político (en el sentido de la construcción de mayorías ) y experimenta una especie de rechazo a sus propios reclamos.

Los partidos políticos de la democracia representativa 1966-2024 se han vuelto electoralistas y han abandonado la organización de los sectores populares.

En particular, se han colocado de espalda a los reclamos de los trabajadores.

La clase dirigente de oposición está muy adaptada a determinadas reglas del sistema y no propone una ruptura con él.

El PRD, por ejemplo, ya no es una corriente realmente alternativa.

Por ejemplo, está claro que, dada la cercanía del PRM con los movimientos sociales de extrema derecha es comprensible entender que la política económica del gobierno del presidente Abinader seguirá siendo la del capital financiero.

Como al año 2028 el presidente Abinader está inhabilitado para regresar es muy complicado para su proyecto político presentarse como una alternativa cuando en estos momentos su prioridad es tratar de quedar bien con todos.

En realidad, no existen motivos para la sociedad Dominicana en su conjunto asumir que el PRM deba continuar más allá del 2028, porque República Dominicana es hoy en día un país profundamente dividido desde el punto de vista político.

Además, el proyecto Abinader Presidente llega al poder mediante uns división, con el apoyo de una coalición de partidos muy heterogéneos, en la que hay de todo, incluso algunos de centro izquierda y de centro derecha qué no comparten su obra de gobierno.

Entonces, en ese escenario, a Leonel Fernández le resultará extremadamente difícil hacer cambios de fondo, suponiendo que se lo proponga.

Por si fuera poco, la pérdida de hegemonía del PLD le complicará también el ejercicio de su mandato.

Ahora bien, debemos tomar en cuenta que, nos guste o no, quien a finales de los años 90s del siglo XX empujó las cosas hacia cierta estabilidad no fue Hipólito Mejía sino Leonel Fernández.

Por eso, República Dominicana ahora es mucho más conservadora aún cuando se abandonaron los ideales más liberales de la época.

En la actualidad, ningún partido político de la democracia representativa 1966-2024 menciona el Progresismo como fenómeno de crecimiento electoral.

El último que habló de transformación radical del aparato fue Juan Bosch.

Es más, en el Caribe pocos políticos utilizan la palabra Progresismo.

Se usa la palabra pero sólo ocasionalmente.

En resumen, como ya dije, Fuerza del Pueblo se ha corrido al centro, lo cual ha desencadenado un desdibujamiento de su perfil político, es posible que reciba apoyos de sectores del PRM no comprometidos con sus aspirantes presidenciales.

En realidad, las organizaciones políticas y sus dirigentes han llevado a cabo prácticas más o menos conservadoras que han condenado la representación solamente a una parte de la sociedad, cuando de lo que se trata es que lo haga en su conjunto y actúe en todas y cada una de sus partes.

Sin embargo, Leonel Fernández es un dirigente político que supo comprender que la principal contradicción social surge a partir del riesgo del país caer en un proyecto autoritario, violento y militarista, por un lado, y una sociedad con una historia de lucha por los derechos, las libertades y el ideal de una democracia civilizada, por el otro.

Así pues, yo creo que el triunfo de Leonel Fernández se hace posible debido a que éste encarnó muy bien su salida política del PLD.

Como expresión no de un partido sectario, sino de una corriente política inclusiva que entiende que su papel es dirigir al conjunto de la sociedad hacia un proyecto de nación que implique un avance, un salto hacia adelante, Leonel Fernández se muestra como una opción de confianza.

Asimismo, estamos convencidos de que la llegada al poder de Abinader no logró cambiar para bien la noción que del neo conservadurismo esperaba el país.

La Fuerza del Pueblo, más que una ideología en particular es una opción política, y creo que Leonel ahora se está planteando, de una manera extraordinaria, convertirse en una auténtica opción.

Ha logrado convencer a todas las fuerzas sociales antagonicas que está decidido a encontrar una salida política civilizada planteando un frente amplio.

Estamos convencidos de que esa propuesta transformará profundamente la noción de la democracia.

Se nota que el presidente Abinader quiere pactar gobernabilidad con Leonel Fernández hablando de un diálogo-País qué no logró.

El presidente Abinader se enfrenta a un gran político que mostró que, para él, esta mega crisis no es algo ideológico y esencialista, sino una circunstancia que se puede equilibrar con la capacidad de dirigir a toda la sociedad hacia un mejor futuro.

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