De la soberanía tecnológica a la era de la inteligencia artificial
Frágil dependencia
Que vulnerable es la tecnología. Esa que nos facilita todo, que nos simplifica la vida, que nos entretiene y, muchas veces, hasta nos invade nuestros propios estiércoles privados, demostró esta madrugada lo frágil que es y lo dependiente que somos en occidente de Microsoft, la que para mucho es una empresa desfasada y atrapada en el tiempo, supuestamente opacada por otros monstruos de la informática. No es así y demostrado está cuando una detección de Crowdstrike, una empresa especializada en software de ciberseguridad, detectó un defecto de actualización de contenido en los sistemas operativos de Microsoft Windows, desatando un efecto dominó que paralizó aeropuertos, bancos, gigantes bases de datos, plantas televisoras, y lo más crítico de todo, el ARMY y NAVY de Estados Unidos y los ejércitos de muchos países europeos dependientes de la tecnología de la compañía fundada por Bill Gates. O sea, Crowdstrike provocó un caos para evitar un posible caos mayor, una empresa fundada y diseñada para formar parte de toda esa cadena de empresas tecnológicas que funcionan en silencio y en el más hermético de los ostracismos en donde descansa gran parte de la seguridad nacional de Estados Unidos y parte de Europa, dejó ver sus puntos débiles durante un posible conflicto de escala mayor. Crowdstrike, también especialista en espionaje y contraespionaje, ya dijo que el problema fue propio, descartando cualquier intento de hackeo o ataque cibernético de los países ‘siempre sospechosos’, pero demostrando que el caos global está tan solo un paso de que un experto pirata cibernético apriete el botón Enter de su ordenador tras penetrar silenciosamente en los supuestos muy seguros sistemas operativos que controlan todo, hasta los mismo códigos nucleares.