Derecha española pone rumbo a la Moncloa

Aunque en política es difícil hacer pronósticos, los signos de solidez del conservador Partido Popular (PP), hacen pensar hoy que su Congreso Nacional le permite poner rumbo a la Moncloa.

Luego de tres días de reuniones en Madrid y sin que el eventual contrapeso del Comité Federal de los socialistas del PSOE le hiciera mella, el PP terminó eufórico y convencido de que su regreso al Gobierno nacional es cuestión de meses.

Queda una sola incógnita, el impacto que tendrá la comparecencia del jefe del Ejecutivo y líder del PSOE, Pedro Sánchez, este miércoles en el Parlamento para referirse a la corrupción que salpica a su partido.

La andanada de casos de corrupción, incluso con el envío a prisión de su exsecretario de Organización, Santos Cerdán, dejan a priori poco margen de maniobra. Y Sánchez, si bien propuso medidas y se mostró convencido de salir adelante, no acaba de dar con la tecla del problema.

En la cita del PSOE, se dijo capaz de solucionar todos los problemas de la agrupación y seguir adelante en los dos años que restan de la legislatura.

En teoría, Sánchez apeló a sus militantes y demás partidos de izquierda para emprender juntos la difícil tarea de convencer a la ciudadanía de la validez de su proyecto al frente del Palacio de la Moncloa.

Sin embargo, en la propia capital española los del PP, comandados por Alberto Núñez Feijóo, y arropados por distintas personalidades, entre ellos los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar, sacaron músculo con un júbilo tal, que parecería inminente su conquista electoral.

Uno de los llamado Barones socialistas, pero acérrimo crítico de Sánchez, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, reclamó al gobernante someterse a una cuestión de confianza o si no, a la convocatoria de elecciones anticipadas.

Trascendidos desde el Comité Federal del PSOE señalaron que García-Page repitió que «la crisis actual, en términos de corrupción, es la más grave» de la historia del partido.

Feijóo prometió, en cambio, “recuperar una España unidad y con prestigio internacional”, y asimismo recalcó que nunca gobernaría con la ultraderecha de Vox, el elemento sobre el cual duda el electorado nacional.

La intervención de Sánchez en el Congreso de Diputados el miércoles pudiera determinar los tiempos, cuando comienzan las vacaciones veraniegas en el concierto político.

Una suerte de tregua en la que, sin dudas, el PP tratará de consolidar sus opciones, además de negociar con distintas fuerzas, y Sánchez y el PSOE, cruzarán los dedos para que una tromba marina de más corrupción termine por derribar el dique.

PRENSA LATINA

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