Dos momentos claves en el pensamiento de Juan Bosch
Farid Kury
En la vida de Juan Bosch hay dos momentos claves para entender su pensamiento. El primero es cuando se encuentra en 1938 en Puerto Rico con las obras del Maestro Eugenio María de Hostos y queda totalmente impactado por su filosofía moral y social. Y el segundo es cuando a partir de 1967 se adentra en la lectura de los textos de Carlos Marx y Federico Engels.
Entre la filosofía moral y social de Hostos y el materialismo histórico de Marx y Engels, Bosch condensa su pensamiento. Para mí, Bosch es una fusión de esas dos filosofías. Pero el impacto moral de Hostos en él fue decisivo. Tan decisivo, que en 1976 dejó constancia de ello en el prólogo de una nueva edición de su fascinante biografía «Hostos, el sembrador». En el mismo, reflexionando sobre si su vida en el futuro llegase a ser importante que alguien se motivase a escribir sobre ella, debería empezar diciendo:
“Nació en La Vega, República Dominica, el 30 de junio de 1909; y volvió a nacer en San Juan de Puerto Rico a principios de 1938, cuando la lectura de los originales de Eugenio María de Hostos le permitió conocer qué fuerzas mueven, y cómo la mueven, el alma de un hombre consagrado al servicio de los demás”.
Decir esto 38 años después de conocer a Hostos, y una década después de interesarse por el marxismo, es una evidencia clara de lo que el Maestro antillano significó para él.
En otra ocasión escribió:
“Yo vine a tener cierta conciencia, ahora digo social y política, cuando después de salir de Santo Domingo, por necesidades u obligaciones de mi trabajo, tuve que leer toda la obra de Hostos”.
Y sigue explicando: “Yo llegué a Puerto Rico al comenzar el año 1938, y el trabajo que conseguí allí fue el de transcribir la obra de Hostos, y al hacerlo tuve que leerla toda. Entonces, leyendo a Hostos adquirí una conciencia social y política que no tenía”.
En otro momento vuelve sobre el tema y no deja ninguna duda sobre el impacto social que causó en él El Sembrador. Leamos:
“Mi primer empleo en Puerto Rico fue dirigir la publicación de las Obras completas de Eugenio María de Hostos. Leer todo lo que escribió me causó un profundo impacto. Desde mi niñez había tenido una preocupación social particular; me dolía ver el estado de miseria en que vivían los campesinos. Cuando comencé a escribir, los campesinos eran los personajes de mis cuentos y el mensaje de Hostos provocó en mí la necesidad de hacer algo por ellos”.
Está clara en Bosch la influencia filosófica, social y moral de Hostos. Ahora bien, donde nuestro personaje adquiere conciencia política es en Cuba, cuando en 1939 es enviado a la Isla Fascinante a dirigir la compilación de las Obras Completas de Hostos con motivo de su centenerio. Así lo explica:
“A mí me enviaron aquí a La Habana, a dirigir la edición de las Obras Completas de Hostos, y fue aquí donde, en realidad, leyendo los periódicos cubanos, oyendo la radio cubana, leyendo sobre todo las noticias de la Segunda Guerra Mundial, que comenzó ese año 1939, empecé a adquirir conciencia política».
Esa influencia del ambiente político cubano es decisiva en su mirada hacia la política. Influenciado y motivado por Enrique Cotubanamá Henríquez funda en 1939, junto a los prominentes exiliados dominicanos Juan Isidro Jiménez Grullón y Angel Miolán, el Partido Revolucionario Dominicano. Es elegido presidente del mismo y a partir de ese momento su vida da un giro esencial hacia la actividad política, que se expresa en la lucha contra la férrea dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Esa mirada hacia la política termina perjudicando notablemente su vocación literaria. Llega un momento de su vida, a principio de la década de los sesenta, en que decide poner un punto final, que nunca debió ponerse, a su luminosa carrera literaria, para darse entero a la actividad política, en la que, en buena ley, no sería del todo un observador riguroso de sus leyes, que justifican todo por el poder. La política es la ciencia del poder, pero para Bosch, lo primero no es el poder en sí. Lo primero es educar y servir, y así ejercería la política toda su vida.
Muerto Trujillo regresa a la República Dominicana, y es elegido presidente del país en diciembre de 1962. A los siete meses de gobierno es derrocado, y en abril de 1965, se inicia la llamada revolucion constitucionalista para reponerlo en el poder sin elecciones. La intervención militar norteamericana ordenada por la Administración Johnson sofoca la revolución. Instalan en el poder a Joaquín Balaguer y Bosch sale para España como autoexiliado.
El impacto que tuvo en él la intervención militar norteamericana lo lleva a leer los textos de Marx y Engels, y esa lectura cambia su visión filosófica sobre la política. El giro hacia el marxismo es de suma relevancia. Se trata de un cambio radical de su visión política. Reniega a la democracia capitalista y pasa a ser un abierto defensor de la liberación de los pueblos. Así lo proclama y por ello termina fundando el Partido Liberación Dominicana, que llama «Partido Nuevo en América».
Aún así, su abrazo a Hostos siguió siendo esencial en su vida. Sin negar la relevancia de su giro hacia el marxismo, debe decirse que en ningun momento abandona los postulados del Maestro. Además se mantiene fiel a su vocación política, encontrada en Cuba entre el 1938-1939, hasta el final de su vida.
El profesor nunca dejó de estar influenciado por la filosofía moral de Hostos. Sin importar que ejerciera la política como demócrata o como marxista, para él lo primero de lo primero siempre fue la moral. Nunca vio la política divorciada de la moral ni de los principios éticos. Sin importar los requerimientos tácticos de cada momento político, Bosch nunca sacrificó sus valores morales y éticos ni sus principios con tal de ganar una batalla o para llegar al poder ni para mantenerse en él. Esas cosas no eran relevantes cuando se trataba de su moral.
En el fondo de su alma noble el Maestro Bosch murió siendo un gran discípulo de la filosofía moral y social de Hostos, el Sembrador.