El culto más atinado
Altagracia Paulino
“A la madre viva y a la madre muerta, a la madre propia y a la madre ajena”.Ercilia Pepín
Ella solo sentía temor a Dios. No temía a nadie más, era capaz de enfrentar a cualquier hombre que osara ofenderla, sin importar el tamaño; era tal su valentía que su frase preferida era: “ustedes nunca han visto un hombre con otro en la boca”.
La valentía no estaba en duda, se defendió de todas las adversidades de la vida: del trabajo duro, de las carencias al morir su padre, de los hombres abusadores, del terror del régimen y ya mayor de las persecuciones políticas.
Su amor y entrega a los hijos no tenía comparación. Igual defendió siempre su honor y el de su familia, era una mujer pura, amorosa, inteligente, fuerte y frágil a la vez, con un corazón tan grande que es inexplicable entender cómo podía ser guardado en un cuerpo mediano.
Los atributos de esa mujer no caben en este espacio, había que conocerla de cerca para calibrar su valía y sus valores. Es difícil hablar de alguien como ella, es que así era mi madre.
El próximo domingo es día de las madres y estimo que el mejor regalo a la madre muerta es recordarla tal como era y honrar su memoria, sobre todo por los valiosos aportes y su entrega por educar con el ejemplo. Ella fue mi primera maestra, me alfabetizó y me enseñó historia.
Nació el mismo año en que se inició la celebración a las madres en nuestro país, 1926. En esa fecha, la educadora Ercilia Pepín y la primera dama Trina de Moya lograron que se aprobara el Decreto-Ley 370, del mismo año, que estableció la celebración del Día de las Madres el último domingo de mayo.
El culto a las madres aparece en la antigua Grecia en honor a RHEA, conocida como la madre de los dioses. Sin embargo, la historia comenzó en el año 1905 en Estados Unidos, con la activista Anna Jarvis, quien propuso la celebración, la cual después de recorrer todo el país en busca de apoyo, logró que el 10 de mayo del 1914, el presidente Woodrow Wilson decretara la celebración el segundo domingo de mayo.
En la mayoría de los países hispanos la celebración es en mayo, que es el mes de la virgen María, conocida en el mundo cristiano como la primera madre por haber parido a Jesús, el hijo de Dios. En otros países lo celebran en diferentes fechas. En México el Día de las Madres es el 10 de mayo, puede ser cualquier día de la semana y en las empresas lo dan libre para que la familia celebre, culto que se inició en el año 1922.
En sus inicios se regalaban claveles rojos a las madres vivas y azucenas a las madres muertas. La reunión de las madres con toda su familia es un símbolo que ha perdurado, solo han cambiado los regalos, porque se ha borrado el espíritu de Ercilia Pepín, que proclamaba la “humanización del pueblo dominicano”. El mercado, que ha acogido la celebración y las ofertas para las madres no tiene límites. Quiero claveles rojos, estoy viva.