El desplome del Jet Set: Una tragedia que revela el colapso del sistema de salud
Por Roberto Lafontaine
Más de 230 personas fallecidas, más de 150 heridas y una población entera conmocionada. El colapso del techo de la discoteca Jet Set no fue simplemente un accidente. Fue el estallido visible de una crisis estructural, de un modelo de desarrollo urbano y sanitario que ha hecho de la desprotección su norma y de la improvisación su lógica.
Desde el enfoque crítico latinoamericano en salud, esta tragedia no debe leerse como un caso aislado, sino como el síntoma de un sistema que ya venía fracturado. El sistema de salud —entendido no solo como red de hospitales, sino como la forma en que la sociedad organiza su respuesta ante los problemas de salud— ha sido debilitado por años de reformas que priorizaron la eficiencia financiera sobre la equidad social.
El desplome no fue solo de concreto y hierro. Fue también el colapso simbólico de una forma de gobernar lo público: sin vigilancia estatal real sobre las edificaciones, sin inversión en infraestructura social, sin planificación para enfrentar emergencias. Lo que se cayó no fue solo un techo, sino la promesa de protección del Estado.
La respuesta hospitalaria, aunque valerosa, mostró las grietas de un sistema saturado. La falta de insumos, de personal y de estructura evidencia que no estamos preparados para desastres de esta magnitud. ¿Cómo lo estaríamos si la salud se ha gestionado como un costo y no como un derecho?
Mientras tanto, el discurso oficial habla de resiliencia. Pero ¿de qué sirve resistir si no se transforma lo que nos hace vulnerables? La resiliencia no basta. Se necesita equidad. Y la equidad exige una redistribución de recursos, decisiones y poder.
La tragedia también invita a pensar en lo que pudo haber sido. Un sistema de atención primaria fuerte, con presencia territorial, educación comunitaria y preparación frente a emergencias, habría mitigado los efectos. No se trata solo de curar después del daño, sino de organizar la vida para que el daño no ocurra.
En esta Semana Santa, tiempo de reflexión y memoria, debemos preguntarnos: ¿qué salud queremos construir como país? ¿Una que reaccione ante la catástrofe, o una que la prevenga desde la justicia y la dignidad?
La tragedia del Jet Set no puede cerrarse con cifras ni con homenajes. Su eco debe impulsar una transformación. Porque si todo sigue igual, entonces todo lo que cayó… caerá otra vez.
El autor es miembro del Núcleo República Dominicana – GT Salud Internacional CLACSO, profesor Universitario y exdirector de Hospitales.