El dilema del sistema de partidos políticos: El voto secreto y directo con voto automatizado para elegir y ser elegibles.
Por Juan Carlos Espinal.
En los últimos 60 años de crecimiento sin desarrollo económico está llegando el momento de cambiar de manera radical el método de elegir y ser elegibles.
Si observamos con detenimiento podemos alcanzar a entender la dimensión social, política y económica del subdesarrollo político.
La llegada de un mundo multipolar, la irrupción de nuevos actores políticos y los profundos cambios geopolíticos nos plantea el advenimiento de una revolución política en la forma de abordar la problemática de la situación económica.
Es obvio que dentro del actual modelo de gestión no existe solución a la acumulación de los problemas estructurales del capitalismo.
No sabemos quién dio el primer paso que condujo a lo que como partidos políticos somos ahora: un conglomerado de naufragos.
Seguramente no se levantará nunca el velo de misterio de cuántos fósiles políticos aguardan todavía su extinción.
¿Quién en los partidos políticos de la democracia representativa 1966-2024 será capaz de decidir establecer nuevos métodos de convivencia?
Muchos de los hallazgos sobre la importancia de la participación ciudadana son aleatorios, aunque su evolución socio cultural recorrió los pasos de la transformación en su propio desarrollo secular, y sobre todo, en un giro inesperado de los acontecimientos, aún no logra reconstruir el camino.
En esas deplorables condiciones, cualquier nuevo descubrimiento puede dar un giro inesperado a la historia de la democracia representativa 1966-2024 y obligarnos a reconsiderar la idea que teníamos forjada acerca del contrato social.
El origen del partido Fuerza del Pueblo estuvo en las calles, donde sin darnos cuenta se da inicio a la aventura de la democracia participativa.
Desde entonces, unos dirigentes peledeistas similares a otros empiezan a andar erguidos distinguiéndose.
En principio se dividen descubriendo que realmente son minorías abandonando su histórica visión originaria.
La historia del PLD es una odisea sin parangón en la historia contemporánea: por sus notables éxitos, por sus muchos momentos culminantes y sus altibajos dramáticos.
Aunque en esta fase histórica el desenlace final les sea incierto.
Actualmente nadie podría describir con absoluta seguridad como transcurre la existencia de los partidos políticos dominicanos ni que suerte de drama final tendrá su existencia.
Cada época se plantea sus propias interrogantes, determinada en buena parte por la imagen que se tiene de la democracia.
Nuestra historia contemporánea contiene la experiencia de todos los actores qué existieron en los tiempos remotos como para en la actualidad hacer justicia.
En realidad, hasta el año 2019 no sabíamos que el PLD estuvo dividido mucho antes de su materialización.
Nada más hace dos décadas que alcanzó el poder político de la mano de la extrema derecha.
No era el primer ensayo de este género, porque ya antes en 1973 el PRD se había también fragmentado.
Éstos partidos políticos resultaron ser de la misma especie que los reformistas de Balaguer, según se demostró más tarde, pero en su momento pasaron inadvertidamente como elementos fundamentales.
El ascenso al poder político del PRM en 2020 desencadenó una gran controversia, hasta que se impuso la noción de la existencia de unos partidos políticos primitivos, diferentes de su militancia en pensamiento pero que aún eran nuestros antepasados.
A partir de la llegada al poder del presidente Luis Abinader las pesquisas de la judicialización política se orientan adrede a la búsqueda de culpables de esos antecesores nuestros.
A Fuerza del Pueblo se le permite gestar un movimiento político que prolonga el escenario de la confrontación consolidando el sistema operativo bipartidista.
Ya desde el año 2008 veníamos sosteniendo el concepto ingenuo de la unidad monolítica como sentido común de la democracia representativa.
La división de intereses de las diferentes clases sociales puso fin a ese fenómeno. Con la involución de los grupos económicos se acentúa.
Una vez demostrado que los dirigentes de pos guerra eran sistémicos desaparecen.
Al mismo tiempo que iban apareciendo las pruebas de la división política fue imposible seguir negando la existencia de un nuevo orden emergente alterno al modelo de representación.
La conclusión que la población tiene sobre esta involución política no se ha comprendido sino hasta muy reciente cuando los peldaños de esta escala regresiva pasaron por un número grande de etapas intermedias.
Tras la muerte de Joaquín Balaguer nos figurabamos que en el PRSC1961 todo debió suceder como si la naturaleza se hubiese dispuesto a pulir el sistema de partidos políticos hasta dar con la solución óptima sin consecuencias irracionales.
También nos imaginamos la situación con el PLD de Juan Bosch. También nos equivocamos.
Y es que en las raíces del liberalismo se da inicio a la separación entre la sociedad dominicana y el gobierno a partir de las convulsiones políticas de nuestros antepasados comunes.
En este árbol genealógico libero-conservador veíamos a unos líderes que se representaban así mismos extinguiéndose.
En los últimos años de la democracia representativa 1966-2024 fueron brotando muchas ramas del árbol dobladas, debido a los numerosos descubrimientos complicando su propia existencia.
Puesto que no conocemos sino una pequeña parte de las causas y las consecuencias de la división del PRD, la imagen de la democracia representativa 1966-2024 resulta cada vez más adecuada para describir el complejo panorama de la involución del PRM.
Hoy día los analistas comparan la regresión de la democracia representativa 1966-2024 no con un ordenamiento constitucional sino con una autarquía.
Pero de este matorral brotan otras especies de políticos con ramificaciones qué también acabarán por extinguirse.
¿Es un hecho irreversible, necesario, la existencia de la democracia representativa 1966-2024?
Indudablemente, el sistema de partidos políticos de la democracia representativa 1966-2024 está llamado a desaparecer.
A emprender la exploración de su origen y pasado considerando la posibilidad de mutar hacia otros valores útiles.
Bien harían con instalar el voto secreto y directo con voto automatizado para elegir y ser elegibles utilizando el padrón electoral auditado, depositado en la Junta Central Electoral para con supervisión del organismo electoral superior garantizar derechos fundamentales.
Si Fuerza del Pueblo emprende la búsqueda de sus orígenes se embarcara al encuentro de su conciencia.
Que no es sino todo aquello que desarrollo en el principio: La defensa del Estado de Derecho y la preservación de la Constitución de 2010.
En ese largo viaje de exploración se encontrará con un relato histórico armónico superando las pruebas de la inmediatez sin tropezar.