El dogmatismo y la imitación
Por Manuel Matos Moquete. Nutriéndose de la modernidad, como un parásito de un ser vivo en pleno florecimiento, viven entre nosotros el dogmatismo y la imitación. El primero es ceguera del entendimiento; el segundo, andas que pasivamente transportan la creación y la acción.
Si optamos por ser dogmáticos e imitadores como recursos de regeneración cultural, no podemos aspirar al desarrollo y a la transformación, a ser libres, mucho menos, aunque poseamos la más perfecta tecnología y una enorme biblioteca.
Y lo peor del asunto es que, entre nosotros, esos aparcamientos han encontrado terreno fértil para arraigarse y expandirse.
Las culturas -y las personas-que se amparan en el dogmatismo y la imitación estarán siempre a la cola de aquellas que han denunciado esos lastres, no importa la cantidad de estudios y libros que se consuman, puesto que, al fin y al cabo, son dos potentes armas de la regresión.