“El ministerio es un almacén de personas y pago deudas políticas”
Por Alfonso Quiñones
El poeta y exfuncionario César Zapata narra un florilegio de problemas en el Ministerio de Cultura y confirma maltratos contra destacados intelectuales
César Zapata (1959) es poeta, ensayista, escritor y psicólogo. Durante algo más de dos décadas ha sido funcionario del Ministerio de Cultura. Ha publicado varios libros de poesía y cuentos y numerosos premios literarios. Fue poeta en residencia de la Universidad de los Ángeles California, 2007. Ha representado el país en eventos culturales y literarios en varios países.
Hace pocos meses el viceministro Pastor de Moya le canceló de manera despiadada. ¿Qué le duele a Zapata? ¡Pues el maltrato!: “Lo primero es que a mí no se me entregó la documentación requerida de 20 años de servicios y se me impidió con un sargento de la Policía subir al Departamento de Personal. Eso en un establecimiento del Estado”. Le apena que eso suceda en el Ministerio de Cultura, que no es un cuartel.
“Estamos hablando de que un establecimiento del Estado, público, le impide ingresar a un ciudadano de este estado, pero agrégale que es un ciudadano que ha dedicado su vida a ese Ministerio, y agrégale que es un ciudadano que había acabado de salir de haber sido director de esa institución”, narra y lamenta la falta de solidaridad.
Se refiere a otros cancelados, “entre ellos el doctor Odalís Pérez, con 30 libros publicados; Fidel Munnigh (catedrático), con un doctorado en Europa; Delia Blanco con otro doctorado y está César Zapata, es decir: “¿qué pasa en una institución que se llama Ministerio de Cultura?”, se preguntó.
El poeta agrega: “tú haces un balance de quiénes están y a quiénes se les ha pedido su destitución, y te dices: ‘aquí algo anda mal’”. Cancelaciones medalaganarias, como “en el caso de Basilio Belliard, lo quitan justamente cuando va a salir la feria del libro, es decir, al experto en organizar la feria lo cancelan cuando va a salir la Feria del Libro”.
“A mí me cancelan cuando van a hacer el festival del Libro en Puerto Plata, donde yo estoy residiendo. ¡Eso es de locos! Yo soy el que promueve la idea de que se haga una actividad que promueva la cultura en Puerto Plata y cuando se va a hacer, me quitan a mí. Pero me quita el amigo Moya, me dice en una reunión de técnico, “Zapata, usted no quiere estar en esta mesa técnica”, yo creo que uno de los chistes malos que él hace y sigo trabajando e insistió: ¡“yo soy un jefe aquí, si quiere vaya a donde Luis Abinader”! A mí me convocó que fuera a donde Luis Abinader, lo que quiere decir que él tiene más poder que Luis Abinader y me reiteró varias veces, me imprecó varias veces que fuera a donde me diera mi gana y que me parara y que saliera por esa puerta, que al otro día él ponía a otra persona en esa mesa técnica… Y yo no tuve más remedio que pararme e irme, porque tampoco yo voy a perder la dignidad por un sueldo”, confesó.
Inmediatamente Zapata solicitó una entrevista con la títular del Ministerio que nunca respondió. “Lo correcto en estos casos es que si uno comete una falta, lo primero es una amonestación escrita, luego amonestación verbal y luego separación. Pero el sujeto (Pastor de Moya) tenía en su agenda un grupo de personas que él entendía que tenía que quitar para montar su jefatura, su narcisismo mostrenco y entonces en ese grupo estaba yo”, estima.
Dice que en un primer intento Moya le presentó la propuesta a Antoliano Peralta, consultor jurídico de la Presidencia, porque la entonces ministra Carmen Heredia, no se lo aprobó. Antoliano le dijo, “mira comunícate con Zapata porque yo soy quien lo ha designado en Puerto Plata, habla con él, ponte de acuerdo con él, porque no lo vamos a cancelar. Y menos porque quien le gestiona su traslado soy yo”, le dice Antoliano. En esos momentos me llama hipócritamente y me ofrece el puesto de Belliard, así con todo descaro. Esto es porque Antoliano Peralta le ha frenado su intención” pero con el cambio de ministra, él retoma el expediente de cancelaciones.
Le dijeron que fuera a buscar en tres días el documento que necesitaba, cuando va ocurre entonces el episodio del sargento que le impide la entrada.