El odio en Estados Unidos
Lilliam Oviedo
Hay que decirlo sin miedo: los disparos contra Donald Trump interrumpieron un mensaje de odio, una lista de injustos calificativos contra grupos humanos condenados a no llenar los «requisitos» de las leyes migratorias impuestas por la derecha.
El mensaje tiene un fuerte sello clasista y va dirigido contra conjuntos de seres humanos que son víctimas de la guerra, de la pobreza creada por políticas colonialistas, de la exclusión dentro de un orden social y económico esencialmente injusto, de la explotación y del despojo que los estrategas imperialistas presentan como normales.
Es hora de sacar cuentas de las deportaciones y los vejámenes que esos grupos padecieron en los gobiernos de Obama y de Biden, y del gran número de niños migrantes enjaulados durante el gobierno de Trump.
Donald Trump, Joe Biden, Barack Obama, como todos los posibles candidatos demócratas y republicanos, son voceros de la injusticia y servidores de un orden que crea escenarios de guerra y de conflictos sociales y luego pone a las víctimas el sello de ilegales.
