¿En cuál partido militaría hoy Juan Bosch?
Luis Córdova
Bosch, como los demás líderes políticos determinantes en el medio siglo veinte dominicano, merece un abordaje objetivo. La rimbombancia discursiva de los adulones debe cesar en algún momento, igual que el odio de sus detractores.
Militó en el Partido Dominicano (el de Trujillo), el Partido Revolucionario Dominicano (del cual fue uno de sus fundadores en el autoexilio) y se convirtió en el ideólogo de lo que llamó un partido nuevo en América, el de la Liberación Dominicana (para completar la obra de Duarte).
De todos, y por razones muy diversas, renunció, incluido el último en el cual vino a presagiar lo que terminó siendo esa fuerza: una concentración de burgueses (sin que esto constituya pecado, pero muy lejos del late motiv).
Ahora que renunciar es el verbo de moda, cabe preguntarse: ¿en cuál partido militaría?
De ser joven, con la fuerza de un carácter, sin dudas que emprendería un proyecto en solitario, y con las mismas razones que lo llevaron a fundar el idealista proyecto en 1973.
De ser adulto, con lo adusto y reflexivo que le templó su carácter hasta marcar su rostro con una encanecida vejez prematura, sin dudas que también iniciara un proyecto pues de los mayoritarios hasta los emergentes (es decir la boleta completa) ha estado en el poder, al menos una vez. De alguna manera todos son responsables del cómo llegamos aquí.
De ser un anciano, con la tozudez que siembran las convicciones en el corazón, también haría lo mismo: emprender un camino solo, como lo hizo en la juventud renunciando a la comodidad de reclinarse en el poder.
Su concepción ideológica mutó, por eso a estas alturas no sabría si se decantaría por un díscolo progresismo o un conservadurismo reformador, tampoco no creo que nadie lo sepa.
A fin de cuentas, si bien fue un mesías no encarnó la divinidad del cordero inmaculado, pues como todo humano, también pecó.