En la era de la desinformación como estrategia política apelar a la comunicación social como instrumento de educación pública contribuirá a fortalecer la participación ciudadana.
Por Juan Carlos Espinal.
Los estrategas de la oposición política dominicana saben que el uso intensivo de la evidencia en la comunicación social representa un gran campo de interés político, tanto para las nuevas generaciones de electores en los diferentes niveles de poder ciudadano, como en la investigación académica y el análisis periodístico.
Los voceros de la oposición política dominicana saben que siendo la evaluación un tema de interés general, en este artículo debatimos en qué consiste la prueba, cuáles son sus características, importancia y las herramientas que se utilizan para poder desarrollar una política educativa en diferentes ámbitos políticos.
Los publicistas saben que la educación pública es una ética que surge del contraste entre la comunicación social y la ciencia política para de esa manera estudiar la forma en que la información se difunde e influye en la política y en el intercambio de mensajes entre los políticos, medios de comunicación y el público general.
Los estudios del mercado electoral entienden que la comunicación social de masas funciona como un proceso interactivo que puede dirigirse hacia dentro de las organizaciones políticas o hacia fuera.
La característica que define a la comunicación social de masas es la creación de narrativas significativas en la sociedad que funcionen para informar, persuadir a las audiencias y llamar a los ciudadanos a la acción cívica.
Como campo interdisciplinar, la comunicación social como instrumento educativo combina las ciencias sociales, la comunicación estratégica y los estudios de los medios de comunicación con la política y el gobierno.
Las técnicas y estrategias de la política educativa permiten crear, dar forma y distribuir mensajes con datos, cifras, estadísticas e infografias que puedan influir en el proceso político, tanto a los líderes políticos como a los responsables de las relaciones públicas, redactores de discursos, funcionarios, ejecutivos de campañas, consultores políticos y diversos profesionales de la política.
Además, la comunicación política de masas es también un campo de investigación académica.
Los profesionales de este ámbito estudian la relación entre los tres procesos de la comunicación:
A) La producción y transmisión de mensajes.
B) El contenido.
C) La recepción e interpretación de dichos mensajes.
Por ejemplo, los investigadores de la comunicación política pueden estudiar cómo los gobiernos justifican el acceso y el registro de la información personal en línea de los ciudadanos como una forma de control de la comunicación de masas, o cómo los medios sociales están difuminando los límites de la comunicación privada y pública en relación con las creencias y actitudes políticas.
Otras posibles vías de investigación podrían ser la relación entre los discursos pronunciados por los políticos en relación con el desarrollo del empleo o las mejoras del sistema educativo y su influencia en determinados grupos de votantes, y el impacto de las palabras, o de las argumentaciones en la formación del sentimiento público y los resultados de la votación.
La comunicación social es un proceso educativo indispensable para el espacio político contemporáneo, ya que permite el diálogo de los diferentes actores políticos, la acción para los políticos, la información para los periodistas y la comunicación para la opinión pública y las encuestas.
La comunicación social como instrumento de difusión de evidencias ayuda a abordar diversos temas que adquieren interés político y facilita el proceso de selección, jerarquización y eliminación de la información, proporcionando la suficiente elasticidad al análisis del sistema político.
La comunicación social ofrece el preámbulo de la opinión pública, ya que de ella surge.
Se produce a partir del tema de interés, posteriormente a los medios de comunicación que se encargan de difundir la información y finalmente los interesados generan un criterio sobre el que debaten con otros.
En cuanto a las políticas de comunicación social, a la oposición política dominicana le serviría como incentivo para actuar y producir estrategias y políticas públicas como la mediación comunitaria para dar solución al problema establecido, por ejemplo, a través de la realización de encuestas electorales.
Existen diversas características que deben tenerse en cuenta para poder elaborar una efectiva estrategia de comunicación política.
En primer lugar, la consistencia en la divulgación de los discursos públicos permite credibilidad y coherencia en el mensaje.
En segundo lugar, una buena estrategia de comunicación política requiere construir un relato creíble que describa el proyecto político en el que se aprecie consistencia, credibilidad y coherencia para generar confianza en la gente.
Y lo más importante: aún más allá de las medidas políticas individuales, una buena comunicación política proporciona una visión global y coherente.
Esta consistencia es la base fundamental que debe inspirar el resto de las tácticas.
Es importante escuchar al público al que se dirige una estrategia de comunicación política para saber cómo transmitirle el discurso y la narrativa que se quiere expresar y conseguir crear mensajes eficaces.
Esto incluye la selección de diferentes métodos de análisis en función de la edad de los votantes y también centrarse en los mensajes fundamentales que subyacen a sus políticas, así como tratar de comunicarlos de forma comprensible.
Las buenas estrategias de comunicación política reaccionan rápida y ágilmente a todo tipo de desinformación para así crear mensajes adecuados y no forzados en momentos decisivos.
Aunque sigue ocurriendo, sobre todo cuando ya se ha alcanzado el poder, la sociedad penaliza cada vez más a los líderes políticos que guardan silencio o no aceptan la intención de investigación de los periodistas.
La aparición de las redes sociales y de los canales digitales en su conjunto ha dado lugar a nuevas formas de comunicación, incluso en la política.
No se trata de reproducir lo mismo en cada uno de ellos, sino de ofrecer un contenido adecuado en los diferentes canales en los que se encuentra el público objetivo.
Además, ciertos formatos funcionan mejor en unos casos que en otros.
Por ejemplo, los videos cortos para Facebook, pero no para otras plataformas como Telegram, recordando siempre que las redes sociales son bidireccionales.
No se trata sólo de decir o transmitir mensajes en Twitter, sino también de dialogar en WhatsApp y escuchar videos en YouTube.
El mensaje político debería tener autenticidad y empatía porque
los políticos son, por definición, representantes del pueblo.
Por eso es importante estar cerca de los ciudadanos y conocer directamente sus preocupaciones.
Los votantes exigen candidat@s a l@s cuales conozcan personalmente y que sean convincentes.
Incluso la propaganda política de boca en boca no ha perdido su relevancia en la era digital.
Ya sea en línea, en eventos o durante encuentros personales, mostrar autenticidad y empatía con la sociedad representa una oportunidad para construir una identidad política sólida en torno a un determinado líder.
Las herramientas de la comunicación política como las encuestas en línea son una de las formas más rentables de recopilar datos, lo cual se puede validar observando que cada vez su uso es más generalizado en comparación con otros métodos de recopilación de datos.
Los investigadores políticos prefieren la metodología de las encuestas en línea cuando tienen que formular múltiples preguntas a un gran tamaño de la población a la que va dirigido el mensaje.
Por otro lado, el levantamiento de encuestas presenciales puede ser útil para asegurar la validez de las respuestas, ya que detectan las señales sociales, el lenguaje corporal y las ayudas visuales de los votantes.
Las métricas de las redes sociales pueden indicar con qué frecuencia se comunicó un líder con su comunidad y cuál fue el resultado.
Por ejemplo, puede mostrar el éxito de los esfuerzos de una gira política o una campaña para identificar qué grupos tuvieron mayor participación, quiénes fueron los más activos y quiénes los más influyentes, lo que puede ayudar a segmentar mejor a quiénes dirigimos los esfuerzos.
Para comprender el impacto de los mensajes políticos desde WhatsApp a Facebook y Twitter es necesario examinar detenidamente al segmento de público, sus orientaciones previas y la forma en que procesan la información.
Esto puede lograrse mediante análisis intensivos de pequeños grupos de individuos utilizando entrevistas a profundidad, grupos focales y diversas herramientas de pruebas psicológicas.
Los hallazgos de estas pruebas intensivas son muy útiles para dar sentido a los procesos psicológicos que subyacen a los resultados de las encuestas masivas.
Como los análisis de investigación se centran en los mensajes políticos, es necesario realizar algún tipo de análisis de texto, el cual puede aplicarse a diferentes tipos de contenido, como son los documentos escritos en PDF o impresos, mensajes grabados en WhatsApp, videos en Twitter y grabaciones de audio.
Los mensajes de WhatsApp pueden incluso analizarse de forma instantánea si hay observadores presentes cuando se pronuncian inicialmente.
El uso del análisis de texto y contenidos se ha convertido en un buen método para ello, aunque requiere de una buena preparación de los datos, especialmente cuando estos no están inicialmente en formato legible de forma digital.
El análisis de redes sociales se centra en los aspectos interactivos de la comunicación social y los trata como nodos de una red de relaciones interdependientes.
Por lo tanto, los analistas de redes sociales no agrupan la información recogida de los miembros individuales para describir situaciones políticas, sino que describen cómo ell@s y sus mensajes funcionan como parte de la red pública.
Como podemos observar, la comunicación política tiene múltiples áreas de acción tanto para desarrollo de las políticas públicas como para la investigación.
Por ello, contar con las mejores herramientas es fundamental al momento de levantar información, ya sea para la investigación básica o aplicada como para la toma de decisiones en el ámbito público.

