¿Es Chile punto de inflexión?
Por Franklin Almeyda Rancier. El pasado 19 de diciembre celebró Chile la segunda vuelta electoral, para elegir su presidente. Los resultados fueron Gabriel Boric 56% y Kast 44%. El ganador es un joven de 35 años, apoyado por una coalición de partidos de izquierda, centro izquierda y organizaciones de la sociedad civil. Estos resultados han sido expectantes. El “The Washington Post”, el día 22 tituló: “La izquierda obtuvo el triunfo en las elecciones de Chile. La democracia también ganó”. Más relevante es como empieza esa opinión: “A pesar de su pequeña población (19 millones de habitantes) y ubicación remota, Chile ha jugado un papel inmenso en los dramas políticos del mundo moderno”.
Vale destacar a que todo apunta a que los resultados electorales en Chile se trate del punto de inflexión latinoamericano; es decir, el momento de cambiar de rumbo.
La población chilena, dividida por sexo es de 8.6 millones de hombres y 9.9 millones de mujeres; la población electoral Inscrita para votar 15 millones 30 mil 973. El país se sitúa en el borde occidental de Suramérica, disfruta de una costa al océano Pacifico de más de 6 mil kilómetros. La capital, Santiago de Chile, construida en un valle acorado por los Andes y la cordillera de la Costa.
El mismo 19 de diciembre a las 11:13 pm publicaba la AFP un reportaje bajo la firma de Guido Vassallo, describe desde su título a “Gabriel Boric, el ex-líder estudiantil que fue elegido presidente”, lo describe: “Ecologista, feminista y crítico acérrimo del modelo neoliberal instalado durante la dictadura militar y consolidado luego en la transición, Boric fue también quien ofreció la agenda más profunda de cambios”.
Ese reportaje recuerda una proclama hecha por el joven presidente electo, cuando en el mes de julio, al anunciarse su candidatura para la primera vuelta, dijo: “Si Chile fue la cuna del neoliberalismo en Latinoamérica, también será su tumba”. Ganó siendo el presidente más joven y el más votado en la historia de Chile.
AFP agrega que “Boric fue moderando su discurso para meterse en el bolsillo al electorado de centro y a los votantes indecisos que dudaban de un candidato al que constantemente le marcaban su inexperiencia en el poder. Ecologista, feminista y crítico acérrimo del modelo neoliberal instalado durante la dictadura militar (1973-1990) y consolidado luego en la transición, Boric fue también quien ofreció la agenda más profunda de cambios.
Boric es bisnieto de catalanes y croatas, tiene tres hermanos e ingresó a la Universidad de Chile; ávido lector de libros de poesía e historia; vive en pareja hace tres años con la politóloga Irina Karamanos, sin hijos.
Su participación política se inició en la universidad, en el colectivo “Izquierda Autónoma”. Ocupó varias posiciones como dirigente estudiantil y en 2011 fue uno de los tres que como destacados en la rebelión estudiantil fueron elegidos diputados, Camila Vallejo y Giorgio Jackson por la coalición “Nueva Mayoría”, liderada por Michelle Bachelet, y Boric, como militante de “Izquierda Autónoma”. Hacia el 2016, siendo Boric diputado, fundó el “Movimiento Autonomista” para renovar a la izquierda y crear una nueva alternativa.
¿Habrá “Chile jugado un papel inmenso en los dramas políticos del mundo moderno” como afirma Washington Post? ¿Es punto de inflexión en el proceso político en los medios digitales?