Estupendo administrador de fracasos
Por J. C. Malone
En la novela de George Orwell “1984”, publicada en 1948, el Ministerio de la Verdad explica que “La Guerra es la paz, la paz es la Guerra”. Nada es lo que parece, ni parece lo que es, sino exactamente lo contrario, aceptando eso, entenderemos todo.
Los resultados son irrelevantes, importante es como los mercadeas.
El último fracaso legislativo del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM) desnuda la pobreza de liderazgo del presidente Luis Abinader, pero lo mercadean como un gran triunfo.
Los fracasos son triunfos, los triunfos son fracasos, Abinader inventó el triunfo del fracaso. Controlando el Congreso, el PRM fracasó reformando los códigos Procesal Penal y de Trabajo.
Abinader fracasó liderando a los legisladores perremeístas a producir códigos razonables. Mercadean ese fracaso como un triunfo, “La Guerra es la paz, la Paz es la Guerra”, nada es lo que parece, ni parece lo que es.
Convierten fracasos políticos en triunfos de crianza, las hijas de Abinader le pidieron desestimar el Código Procesal Penal que su partido aprobó. Fue un gran triunfo, Abinader crio a sus hijas para que desarrollen pensamientos críticos. La discusión del fracaso legislativo, se desvía a su triunfo como padre.
Las hijas de Abinader firman cartas públicas porque quizá no discuten problemas en el comedor, como hacía un picador de caña cocolo, Joseph Malone, con su familia. Si yo fuera presidente, sentadas al comedor mis hijas, nietas de Mr. Malone, me dirían, “papi, tu partido no sirve, no pegas una, ni controlas nada. Búscate un empleo serio, te vamos a mantener hasta que consigas trabajo, pero por favor, deja eso, basta de vergüenzas”.
Pido disculpas por sugerir, que la primera familia actúe como picadores de caña cocolos.
La carta parece parte del espectáculo gubernamental, parece gobierno pero no lo es, es puro espectáculo.
Elegimos a Abinader para resolver problemas reales, pero él gobierna para el inconsciente colectivo y el imaginario popular.
Fracasando realmente, triunfa virtualmente en el inconsciente colectivo y el imaginario popular, Abinader es estupendo administrador de fracasos. ¡Pegó esa!