Fuerza del Pueblo: Hacia el partido de masas.

Por Juan Carlos Espinal.

El presente trabajo es un sincero esfuerzo por proporcionar una respuesta más completa, profunda y minuciosa al título del artículo.

Dentro de nuestras perspectivas Intentamos explicar las razones entre el poder político, las encuestas y las reacciones que tienden a contrastar ideas en reducidos círculos homogéneos.

El crecimiento económico 1996-2000 significó una movilidad social importante respecto de 1978-1986.

La interpretación social, política y económica de los gobiernos de entre 1978-1982 y 2000-2004 forma parte de este acontecimiento histórico y sintetiza la división del PRD, primero. Del PRSC, segundo. Del PLD, después.

Las ideas políticas que entre 2004-2012 acabaron por convertirse en hechos en 2019 se expresaron públicamente entre 2002-2004.

En diferentes entrevistas, ponencias, ensayos, libros y publicaciones.

En el mundo de la política dominicana, las distinciones más importantes entre la militancia orgánica, la sociedad civil organizada, los intelectuales y las empresas no son ideológicas, políticas ni económicas sino culturales.

En tan solo 4 años ( 2019-2023) las expectativas de vida de los dominicanos, frente a la crisis sanitaria, el confinamiento en toque de queda sin alimentos ni medicinas suficientes derrumbó el antiguo orden político de pos guerra.

A principios de 1990 se modificó la constitución bajo el espejismo de evadir los conflictos sociales y políticos para tan solo volver al principio.

El año 1984 demostró lo importante que es la movilización.

Entre 2000-2024 el discurso del cambio socio político ha resultado un mundo inseguro mucho antes, durante y después del coronavirus.

El espejismo de la transformación social se disipó con la multiplicación de los males que antes con los gobiernos de entre 1966-2020 padecíamos.

El resurgimiento de la violencia política, la intensificación de los conflictos sociales, el quebrantamiento del estado de derecho, el surgimiento de movimientos nacionalistas, la agitación religiosa, la política de inmovilismo en el toque de queda, la incapacidad del gobierno de Luis Abinader de acabar ingobernabilidad erosiona cada vez más las relaciones Gobierno – sociedad, partidos políticos.

Para la mayoría de la sociedad el gobierno 2020-2024 carece de un propósito común.

La imagen realista del mundo pos COVID-19 es falsa.

Los gobiernos locales experimentan un profundo deterioro en las estructuras distritales puesto que el abandono de los asuntos del estado ha permitido que el crimen organizado internacional haya ocupado territorios abandonados por el estado.

El debilitamiento de la institucionalidad democrática contribuye a la persecución de adversarios políticos.

En este último tema subyace una razón paradigmática:

la desintegración del PLD como partido hegemónico.

A escala municipal, el PLD se ha venido debilitando.

En lo congresional, su desempeño explica su influencia en el senado.

La difusión de un mundo caótico, la frecuencia de violación a los derechos humanos, los escándalos de corrupción en las sobre valuaciones de insumos de salud publica, los resultados de las auditorías, los recortes a los programas sociales, por ejemplo, estigmatiza la imagen del gobierno.

El país puede parecer un caos pero no carece totalmente de orden.

Sin embargo, el paradigma democrático tiene una limitación de estar demasiado apegado a la inconstitucionalidad.

Así las cosas, una aproximación a la transformación de Fuerza del Pueblo desde un movimiento electoral a un partido político de masas debe tener su explicación.

La perspectiva de cambio que impulsó el PRM era de carácter electoral.

Sus paradigmas ideológicos, perfiles sociológicos, sus referentes paradigmáticos generan contradicciones políticas la medida en que las predicciones de la realidad derivadas de la contrastación hace más exacta la premonición:

No saben gobernar.

Muchos hechos importantes ocurridos tras la derrota electoral del 5 de Julio del 2020 reflejan el complot del PRM en la Cámara de Cuentas.

La intensidad de los conflictos sociales, la presión de nombramientos, las cancelaciones masivas, el intento de consolidación del proyecto reeleccionista finalmente ha dividido al gobierno estimulando la erosión de la frágil gobernabilidad.

La intensificación de la luchas intestinas en el PLD y en el PRM nos proporciona la respuesta al acelerado crecimiento de los ataques a la Fuerza del Pueblo.

Las renuncias en el entorno de Abel Martínez Durán, la caída espectacular de la imagen del reeleccionismo, las juramentaciones de miembros del PRM en FP y el inmovilismo socioeconómico propicia el fraccionamiento interno, la migración hacia Fuerza del Pueblo y la consolidación del bipartidismo PRM-FP.

El final de la tregua política entre PLD-PRM se fragua tras la ruptura del consenso electoral, las diferencias en el congreso y la judicializacion política.

Las diferencias de perspectivas, metodología, análisis, enfoque y conceptos están creando un re ordenamiento político que supone el desplazamiento electoral del PLD.

En resumen, el mundo pandémico es una atmósfera con múltiples interpretaciones, intereses y antagonismos.

Lo más importante es analizar si el PRM se dividirá desde el gobierno declinando su influencia electoral en FP y su poder político en las elecciones congresionales-municipales o si el PLD será absorbido en su conjunto por Fuerza del Pueblo.

Una cosa si ya sabemos :

La reelección del presidente Abinader está inhabilitada.

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