Guía para no perderse en las elecciones EE.UU. 2024

Por Silvina Romano y Anibal García Fernández

 

1 noviembre, 2024

El próximo martes, 5 de noviembre, se celebran elecciones presidenciales en Estados Unidos. Aunque las votaciones por correo comenzaron en estas semanas previas, el resultado se decantará por los votos presenciales.

El sistema electoral estadounidense es indirecto. Los electores no votan directamente al presidente, sino a 538 compromisarios que forman el Colegio Electoral que es el que en última instancia elige al mandatario.

La otra peculiaridad es que, con excepciones menores, en cada Estado el partido más votado se lleva a todos los compromisarios (sistema mayoritario uninominal o winner catch all, el ganador se lleva todo), con independencia del porcentaje por el que gane. Dado que el número de compromisarios de cada Estado se adjudica en función de su población, aquellos con más habitantes como California, Texas, Massachusetts o Florida son clave.

Tradicionalmente las encuestas reflejan con bastante precisión el resultado en buena parte de los Estados. Por esta razón los Estados que estarían por decidir (conocidos como Estados bisagra o swing states) son los que centran las campañas de los candidatos y la atención de los medios.

Según datos de Financial Times, de los 270 votos de compromisarios del Colegio electoral necesarios para ganar (mayoría simple de los 538 compromisarios), Kamala Harris tendría 191 votos seguros de los Estados ya decididos, mientras que Trump ya aseguraría 125.[1]

The New York Times apunta en sus encuestas periódicas que quedan siete Estados, que suponen 93 delegados, por decantarse: Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.

Kamala Harris ganaría en los sondeos por un punto porcentual en Carolina del Norte, Nevada, Pensilvania y Wisconsin mientras que Trump adelanta a la candidata demócrata por un punto en Míchigan y por dos en Georgia y Arizona. En caso de cumplirse este pronóstico, Harris vencería con 277 delegados electorales, frente a los 261 de Trump.

Por otro lado, tal y como sucedió en las elecciones de 2020, la incidencia de “actores externos” es parte del contexto en el que se desarrollan las campañas. Según New Yorker (que cita fuentes de inteligencia, incluidas las del Foreign Malign Influence Center) la “verdadera amenaza” estaría en la interferencia electoral (filtraciones y hacks, bots y trolls en redes sociales) provenientes de China, Rusia e Irán.[2]

Senado y Cámara de Representantes

 

El martes también se renuevan 34 curules del Senado. Según datos de 270ToWin, Ohio es el Estado clave por definir. Usualmente se dice que Ohio tiene un comportamiento electoral extrapolable al resto del país. Por tanto, quien gana allí ganaría las elecciones. En este caso, el candidato demócrata, Sherrod Brown, tiene 47.7% de preferencias mientras que el republicano Bernie Moreno tiene 46.1%, según encuestas a 22 de octubre[3]. Esta elección será especialmente importante porque es uno de los curules que podría decantar las mayorías en el senado para los próximos años.

Respecto al resto de senadores, los demócratas tienen catorce escaños seguros, uno más muy inclinado a la victoria y cinco probables.

Los republicanos tienen nueve escaños seguros, tres con inclinación hacia su triunfo y uno probable.[4]

La Cámara de Representantes del Congreso renueva sus 435 asientos. Según datos de 270ToWin, los demócratas tienen 173 escaños prácticamente seguros, 19 con inclinación hacia su triunfo y 12 probables. Los republicanos tienen 184 seguros, 16 con inclinación hacia su triunfo y siete probables.[5]

Temas de agenda

 

Economía: el 52% de votantes califica la economía como un factor “extremadamente importante” en su voto para las presidenciales. Es el nivel más alto desde la Gran Recesión de octubre de 2008.

Inmigración: seis de cada diez votantes (61%) plantean que la inmigración es un factor importante en su voto (nueve puntos más que en las elecciones de 2020 y 13 puntos más que en las elecciones de medio término al Congreso de 2022).

Aborto: el 67% de los partidarios de Harris consideran que el aborto es un tema muy importante (el doble de lo registrado para la votación de Biden en 2020). Un tercio de los partidarios de Trump (35%) también considera este tema muy importante, pero son once puntos menos que en 2020.

La guerra en Oriente Medio: los votantes demócratas están desilusionados con recientes declaraciones de Harris que marcan un alineamiento total con la postura de Biden, y por tanto de Israel, en este conflicto. Por su parte, Trump ha declarado que de llegar a la Presidencia acabaría con este enfrentamiento. Míchigan, uno de los estados en disputa, tiene la comunidad árabe-estadounidense más grande del país. El colectivo ha pedido un alto al fuego y se ha mostrado abiertamente opuesto a la postura del actual Gobierno.

 

Los votantes tienen más confianza en Trump en política económica, migratoria y exterior; En contraste, tienen más confianza en Harris para tomar decisiones acertadas sobre políticas de aborto y cuestiones relacionadas con la diversidad étnica.

ANEXO

 

 

Los estados en disputa incluyen potencias manufactureras que han tenido una transición difícil a la economía del siglo XXI, y estados del sur, de rápido crecimiento, que solían ser republicanos, pero que van variando su tendencia.

Los siete han experimentado cambios demográficos que pueden influir en el resultado (ver más abajo).

Por ejemplo, en 2020, fueron muy disputados Florida y Ohio, pero ahora apunta a una clara mayoría republicana en las votaciones presidenciales. Por otro lado, los cambios demográficos han posibilitado que los demócratas opten a la victoria en estados sureños como Carolina del Norte y Georgia en juego para los demócratas. En las últimas elecciones, Georgia ha sido cada vez más disputado y definitorio del resultado final.

En esta oportunidad, considerando los estados en disputa, decidirán la elección un 17% del total de los compromisarios del colegio electoral.

Otros datos de interés

 

Si los dos candidatos empatan en votos, la elección se lleva a la Cámara de Representantes, donde la delegación en el Congreso de cada estado tendrá un voto. Eso ha sucedido solo dos veces, en 1801 y 1825.

En el siglo XXI, el mecanismo de elección indirecta supuso que en dos ocasiones la mayoría de votos del colegio electoral fue diferente al de la mayoría de los votos emitido. Sucedió en 2000 a favor de George Bush y en 2016 a favor de Donald Trump.

Para esta elección, el número de compromisarios de algunos estados ha variado con respecto a 2020 dados los cambios demográficos.

Radiografía de los cambios demográficos

 

Los cambios pueden generar un contexto aparentemente más favorables para Harris.

 

La población blanca ha disminuido en los siete campos de batalla, y las poblaciones asiática, negra e hispana han aumentado.

 

Raza (grupo étnico en el cual se autoidentifican los encuestados/as): en las encuestas del censo, un número mayor de personas se identifica como pertenecientes a más de una raza.

Niveleducativo: en 2016, Trump obtuvo peores resultados en áreas donde un mayor porcentaje de la población tenía educación universitaria. La proporción de gente con títulos aumentó en todos los estados en disputa desde que Trump ganó hace ocho años y una encuesta reciente de Reuters/IPSOS muestra que Harris tiene una fuerte ventaja entre esa población.

Edad de los votantes: hay más jóvenes que votan. También aumentó el número de personas en edad de votar. La competencia por los votantes potenciales más jóvenes es feroz en los Estados indecisos. Trump ha tendido a obtener mejores resultados entre los votantes de mayor edad.

Gastos de las campañas electoral

 

Con datos de octubre, las elecciones de 2024 serán las segundas más caras en 26 años, según datos de OpenSecrets, solo detrás de la de 2020.

 

Kamala Harris ha recaudado 1.031 millones de dólares, por 878 millones de Donald Trump.

Entre las principales empresas que financian la campaña de Kamala Harris están Bloomberg, Greylock Partners, Euclidean Capital o Alphabet, entre otras.

 

En el caso de Donald Trump, Timothy Mellon es el principal donante. Mellon es un magnate que en 2020 también financió a Trump e intento sufragar el muro fronterizo en Texas.

Por sectores, en el caso de Harris, organizaciones partidistas, finanzas, seguros y bienes raíces, comunicaciones y electrónicos, salud y firmas de abogados son los que más han financiado su campaña.

 

En el caso de Trump, son los sectores de finanzas, seguros y bienes raíces y organizaciones partidistas los que más han aportado a su campaña.

 

Financiamiento por sectores

[1] https://ig.ft.com/us-elections/2024/polls/

 

[2] https://www.newyorker.com/newsletter/the-daily/can-we-spot-foreign-meddling-in-our-elections

 

[3] https://projects.fivethirtyeight.com/polls/senate/2024/ohio/general/

 

[4] https://www.270towin.com/2024-senate-election/

 

[5] https://www.270towin.com/2024-house-election/

 

[6] Para leer los datos, ejemplo: Pennsylvania tiene 19 votos en el Colegio Electoral. En 2022, los Demócratas tuvieron 1.2 puntos porcentuales por arriba de los Republicanos. En 2024, Harris tiene 1 punto porcentual de ventaja respecto a Trump.

 

[7] https://ballotpedia.org/Electoral_College_in_the_2024_presidential_election

 

[8] https://projects.fivethirtyeight.com/polls/president-general/2024/national/

 

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