Haití: arroz, muslos de pollo y semillas transgénicas de Monsanto
Fidel Soto
(EUROPA PRESS).*»La exposición a dos de los herbicidas más populares se asoció con una peor función cerebral entre los adolescentes, según un estudio dirigido por investigadores de la Escuela Herbert Wertheim de Salud Pública y Ciencia de la Longevidad Humana de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) publicado en la edición en línea de ‘Environmental Health Perspectives’.»*
Este informe se refiere solo al daño en los seres humanos, pero desde hace mucho se estableció que su uso es mortal para la producción agrícola, por el daño a los suelos.
Independientemente de la siempre precaria condición económica de Haití, hay que reconocer que durante la década del ochenta y anterior a esta, el país era más o menos autosuficiente en la producción de artículos comestibles de primera necesidad; entre los que ocupaban un lugar principal la producción de pollos, arroz , maíz, y otros renglones de producción agrícola y animal.
La debacle llegó con la importación de muslos de pollos y arroz subsidiado de los Estados Unidos, lo que llevó a la ruina a los productores nacionales; pero el golpe grande y de gracia lo recibieron con la introducción, en la agricultura de las *»Semillas Trangenicas»* de la compañía estadounidense *Monsanto*. Es después del terremoto del 2010 que esta compañía donó a Haití 475 toneladas de estas semillas de maíz híbrido estéril, cuyas semillas no son reproductivas, quedando los agricultores a expensas de la compra obligatoria, por necesidad, de las semillas de ese emporio.
La ruina de la producción agrícola en Haití ha llegado por estas dos imposiciones.El Glifosato, ha dañado extensas zonas productivas en los países donde le han permitido su penetración.
La Crisis alimentaria, social y económica de Haití, está ligada a las acciones de grandes potencias que han incidido desde el siglo 17, en un cerco, dominio y control que impidió e impide el desarrollo de esa nación