Hipocresía francesa: ¿son los militares de Macron en Ucrania cortina de humo para la crisis interna?

Lucas Morais
En las últimas semanas, el presidente francés, Emmanuel Macron, elevó el tono en relación con el conflicto en Ucrania e incluso amenazó con la implicación directa de la OTAN en los combates con Rusia, incluso sin consenso dentro de la propia alianza. ¿Cuál es la estrategia detrás de este discurso belicista?
Hace veinte años, una ola de protestas en Ucrania, utilizada como medio para un golpe de Estado, llevó a la caída del entonces presidente Víktor Yanukóvich (2010-2014) en un proceso de destitución que incluyó también la presencia demiembros armados de la extrema derechaen el Parlamento.
Ante este hervidero incontrolable, el país vio en los últimos años el auge de los movimientos nazis y, al mismo tiempo, una creciente injerencia occidental en la política interna. La instrumentalización de Ucrania para atacar a Rusia ganó aún más terreno con la llegada al poder de un cómico de entonces, Volodímir Zelenski.
En medio de la operación militar especial rusa, que se habría evitado por los pelos si Zelenski hubiera resistido las presiones de EEUU y el Reino Unido para no negociar con Moscú, el «Gobierno sin capacidad de decisión propia» era la vía ideal para que la OTAN se involucrara en un conflicto indirecto.

Entre uno de los principales garantes europeos se encuentra Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, elevó el tono en las últimas semanas amenazando en solitario con la implicación directa de la alianza occidental, sin apoyo de otros miembros, e incluso de tropas francesas en los enfrentamientos.
Todo ello en un momento en el que Ucrania, cuyas FFAA llegaron a contar con más de 750.000 militares, se encuentra cada vez más debilitada por las constantes derrotas, intensificadas tras perder el control de Avdéyevka, uno de los últimos frentes de la línea defensiva, llamando a filas a mujeres embarazadas y personas con discapacidad.
Pero más allá de las propias debilidades de Kiev, aun con los miles de millones de euros y dólares enviados por Occidente, existe una estrategia en torno al discurso que Macron está potenciando. Así lo cuenta a Sputnik el analista militar, Rodolfo Laterza.

«En primer lugar está el aspecto político interno. Macron necesita desviar la atención de la grave crisis social e institucional, así como de las dificultades económicas que sufre Francia, mostrando compromiso en su política exterior. En segundo lugar, intenta demostrar liderazgo militar en Europa debido a la crisis del Gobierno de Olaf Scholz [el primer ministro de Alemania], cada vez más criticado internamente por los multimillonarios paquetes de ayuda militar a Ucrania», argumenta el experto.

Entre los principales problemas está el de los agricultores franceses, que se ven afectados por los productos ucranianos que resultan más baratos en el mercado, y el bajo crecimiento de la economía, que en 2023 no llegó al 1%.

Otro factor, señala Laterza, es el fracaso de las intervenciones militares francesas en el Sahel. Tras retirarse de Mali y Burkina Faso, el cambio de Gobierno en Níger, que era el último aliado en la región africana, obligó a las tropas francesas a marcharse, incluido el regreso del embajador a París.
«La parte de inteligencia del Gobierno de Macron guarda cierto rencor a Rusia por haber perdido una influencia significativa en el África francófona, sobre todo en el Sahel. Y esto tuvo un impacto importante en términos geopolíticos, disminuyendo la influencia de Francia«, añade.
Entre los planes de Macron, desmentidos por el Gobierno francés, estaría el envío de al menos 2.000 militares a Ucrania, según estimaciones del Ministerio de Defensa ruso. Aunque se trata de un número mínimo en comparación con el contingente que opera en los frentes, el experto cree que el grupo está vinculado a los asistentes militares de los equipos franceses suministrados a Kiev, así como a miembros del personal de inteligencia, de reparación y mantenimiento, así como del sistema de mando y control.
Todavía hay miles de mercenarios franceses detectados desde el comienzo del conflicto por las fuerzas rusas, aunque París afirma no tener ninguna relación.

«Decenas de oficiales franceses murieron hace semanas en Odesa, en Hotel Carcovia Palace. Diversos oficiales y militares occidentales, incluso franceses, también murieron en bombardeos. Esto ha creado cierta repercusión negativa en partes de las sociedades occidentales, como Francia, por las muertes de estas personas, además de dejarlas en un limbo legal para recibir indemnizaciones por sus familiares dependientes y la pensión. Esto ha provocado críticas en la prensa local, por lo que esta formalización es también una forma de evitar crisis interna», afirma.

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