La escuela improbable
Por: Luis Córdova
Unas niñas se desvisten frente a la cámara de un celular que las graba y las transmite en vivo. Quedan en pantis, porque así de inocentes son las cosas, y en esta colectiva complicidad, la dejamos pasar.
Unos varones lanzan cientos de hojas de mascotas y libros (de los que les regala el sistema que nosotros pagamos), suben un video a las redes donde expresan: “¡por fin salimos de esa vaina!”. Se refieren a un año escolar a medias y consabida “flexibilidad” para hacerlos promover el curso.
Otras dos se pelean en el aula por un novio y para que el mundo se entere de su amor, se hacen un video que muestra a docentes que, para evitarse problemas, observan sin asombros.
Una joven insulta a su maestra por un permiso y un adolescente desafía a las trompadas a un maestro.
La escuela improbable se da cuando los niños no piensan como niños, los maestros no actúan como maestros y las familias, donde sea que vivan los procreadores, jamás han tenido un sano núcleo familiar.
¿A quién culpar? O peor ¿a quién salvar?