La fórmula de la inflación
Daris Javier Cuevas
Para los economistas es bien sabido que el fenómeno de la inflación técnicamente se mide a través del índice de precios al consumidor, lo que implica considerar la variación de los precios en el tiempo de la generalidad de los precios de la canasta de los bienes y servicios especifica sobre el consumo de los hogares. Es así como el flagelo de la inflación que puede observarse en la economía de un país determinado está íntimamente vinculado con el incremento desordenado que experimentan los precios de casi la totalidad de los bienes y servicios que se transan en los mercados en un determinado periodo de tiempo.
Cuando en una economía existen altos niveles inflacionarios los ingresos de las personas la precariedad se hace presente para realizar planes de toda índole, incluso para los pagos de compromisos de deudas e invertir en algo que genere rentabilidad fruto de las perturbaciones que generan los precios. En cambio, cuando la inflación es baja los recursos disponibles pueden tener un uso productivo y los ingresos cubren la inflación.
La mejor forma que tienen las personas para sentir que se asiste a una economía inflacionaria es cuando al subir los precios, los consumidores sienten que adquieren menos bienes y servicios con la misma cantidad de moneda de las que antes disponía para hacer sus compras. Traducido a la vida cotidiana, los consumidores perciben que su poder adquisitivo de la moneda ha registrado una significativa reducción, lo que para la interpretación económica significa que se está ante la perdida del valor real de la moneda cuando se realiza una operación de intercambio.
En el contexto de lo expuesto, entonces, se entiende que la canasta de la compra simboliza todos los bienes y servicios que las familias tienden a consumir durante un tiempo determinado. Asi, la tasa de inflación interanual se mide comparando el precio de la canasta de un mes dado con el precio de esa misma canasta de igual mes del año anterior.
Otro detalle relevante es la inflación mensual, que resulta de obtener el promedio del comportamiento de los precios en las dos quincenas, en otras palabras, representa el promedio de la variación porcentual en relación al promedio del mes previo. Al promediar la inflación mensual durante el año se obtiene la precisión de cual ha sido la inflación acumulada durante el año, de tal suerte que la variación de la inflación de un mes a otro, lo que muestra es la velocidad de crecimiento de la misma, pero en ningún caso significa que los precios han bajado, en caso de que esa variación sea inferior.
Planteada las cosas de esa manera ha de entenderse que un incremento desproporcionado de los precios conduce a presiones destructiva en los ingresos y trastorna la planeación económica en sentido general, razón por la es de rigor controlar la expansión inflacionaria, aunque esta no es suficiente para alcanzar la estabilidad macroeconómica plenamente. Pues mantener niveles de inflación elevada impacta negativamente en todos los circuitos de la economía, afecta las tasas de interés de financiamiento, destruye la capacidad de ahorro y alimenta la expansión de la pobreza.
Esta explicación permite entender mejor el hecho de que para los bancos centrales el principal objetivo del diseño de la política monetaria es la preservación de la estabilidad de precios. Con ello lo que se procura es asegurar que el coeficiente de variación de los precios de los bienes y servicios se mantenga estable, predecible y a la baja para incidir en la certidumbre y expectativas de los agentes económicos.
En la actualidad, para lograr la efectividad de la política monetaria, los bancos centrales han adoptado desde principios de la década de los años noventa lo que se denomina el régimen de metas de inflación. Esta trata de un marco de política monetaria adoptado, inicialmente, por las economías industriales con el objetivo de que, en el largo plazo, la inflación sea baja y estable constituyéndose en el objetivo primordial de la política monetaria y así lograr un objetivo de inflación preestablecido.
Es así como el Banco Central de la Republica dominicana adopta el esquema de meta de inflación, que en los últimos años se han fijado en un rango meta de 4% ± 1%, pero que durante en el 2021, fue duplicado con una inflación de 8.24 y un máximo de 9.64%, mientras que en el 2022 alcanzó 7.83%. Este comportamiento de la inflación explica en una alta proporción que durante un largo periodo el banco central haya impulsado una política monetaria restrictiva, expresada con una subida de la tasa de política, con la finalidad de desincentivar el gasto, estimular el ahorro, y frenar el crecimiento de la inflación.
La inflación ha desangrado los ingresos de los consumidores y perturbado a la economía dominicana en sus expectativas de crecimiento del PIB, creándose un daño de recuperación lenta. Las últimas medidas adoptadas por la Junta Monetaria reflejan esa preocupación ya que poner a disposición de la economía una liquidez por el orden de RD$94 mil millones combinado con una disminución de 8.50% a 8.00% anual es una muestra del interés por estimular la economía está latente e intranquiliza, al tiempo que regresar a la meta de inflación en nada significa que los precios van a bajar y los consumidores compraran más barato.