La maldición del dinero inorgánico

Por Juan Carlos Valdez

La expresión «dinero inorgánico» no es atribuible a una escuela económica en particular, sino que se utiliza de manera general para describir la emisión de dinero por parte de las autoridades monetarias sin un respaldo sólido en activos tangibles o sin un respaldo adecuado en términos de producción económica. Se refiere a la creación de dinero por medios no relacionados directamente con la producción y el intercambio de bienes y servicios.

Aunque la mayor cantidad de dinero que circula en el mundo es dinero bancario; vale decir, es el dinero que crean los bancos comerciales, no las autoridades monetarias de los estados, los feligreses del dinero inorgánico sólo mencionan a las autoridades monetarias de los estados, y nadie parece percatarse del componente ideológico de esa omisión. En el pensamiento económico liberal, toda distorsión de la economía es culpa de la participación del Estado en la actividad económica.

Si bien, como ya dijimos, esa expresión (dinero inorgánico) no se la podemos atribuir a ninguna escuela económica en particular, las escuelas económicas que más han analizado y debatido sobre las implicaciones y consecuencias del «dinero inorgánico», son: la escuela monetarista, la escuela keynesiana y la escuela austriaca, entre otras. Cada una con su enfoque sobre la creación de dinero y su impacto en la economía.

Lo cierto es que las escuelas económicas antes mencionadas, tienen un factor común: todas están abrazadas a la teoría cuantitativa del dinero, a través de la cual intentan explicar la inflación.

La teoría cuantitativa del dinero establece una relación entre la cantidad de dinero en una economía y el nivel general de precios de los bienes y servicios producidos en esa economía. Los principales postulados de la teoría cuantitativa del dinero son los siguientes:

La cantidad de dinero en una economía es el principal determinante del nivel general de precios: Según la teoría cuantitativa del dinero, si la cantidad de dinero en una economía se duplica, los precios de los bienes y servicios también se duplicarán, siempre y cuando la producción y la demanda de bienes y servicios no cambien.

La velocidad del dinero es constante: La teoría cuantitativa del dinero asume que la velocidad del dinero (la tasa a la que el dinero cambia de mano en la economía) es constante. Esta suposición permite relacionar la cantidad de dinero en circulación con el nivel de precios.

El aumento en la oferta monetaria es inflacionario: Si la oferta monetaria se incrementa sin un aumento en la producción y la demanda de bienes y servicios, los precios aumentarán en la misma proporción.

El nivel de precios es el resultado de la interacción entre la oferta y la demanda de dinero: La teoría cuantitativa del dinero establece que el nivel de precios está determinado por la cantidad de dinero en circulación y la velocidad del dinero, así como por la producción y la demanda de bienes y servicios.

Desde esa perspectiva monetarista de la inflación (visión ésta que es la que sustenta la idea del «dinero inorgánico») pareciera que la cantidad de dinero que debe circular no debe ser superior al volumen de precios de todo lo producido en un momento determinado, ya que aquella cantidad de dinero que exceda al volumen de precios de la producción, sería dinero inorgánico y por ende, inflacionario. Veamos ahora cómo funciona el mundo:

Usando como fuente datos del Banco Mundial acerca de la cantidad de dinero circulante en casi todos los países, respecto al PIB de cada uno de ellos, luego lo comparamos con la inflación experimentada por esos países en esos períodos para ver hasta donde se cumple la teoría cuantitativa del dinero (teoría monetarista). Veamos algunos ejemplos:

Brasil en el año 2021 tuvo una liquidez equivalente al 107,4% del PIB. Eso significa que había al menos un 7,4% más dinero, por encima del precio de todo lo producido en ese país ese año, y la inflación ese año fue de 10,2%

China, en el 2021 tenía una liquidez equivalente al 204,8% de su PIB. Es decir, había más del doble de la cantidad de dinero necesaria para comprar lo que produjo ese país en ese año, y la inflación de China ese año fue de 0,98%, es decir, no llegó al 1%.

Estados Unidos de Norteamérica en el año 2021 tuvo una liquidez equivalente al 116,9% de su PIB y su inflación ese año fue de 7%.

Venezuela en el año 2013 tenía una liquidez equivalente al 52,9% del PIB y la inflación ese año fue de 56,2%.

Como podemos ver, la relación dinero-inflación no es una relación directa, como la conciben los monetaristas. Hay muchos factores que pueden intervenir en la formación de un proceso inflacionario, aunque la condición necesaria siempre será la avaricia de los oferentes con el poder de afectar los precios en un momento determinado.

El dinero en circulación en el mundo se puede medir de varias formas, como la cantidad de efectivo en manos del público, los depósitos bancarios o la oferta monetaria amplia. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la oferta monetaria mundial (M3) a fines de 2020 fue de aproximadamente 120 billones de dólares estadounidenses.

Por otro lado, a fines de 2020, el PIB mundial fue de alrededor de 84 billones de dólares estadounidenses, según el Banco Mundial.

La verdad es que el «dinero inorgánico» no existe realmente, es sólo parte de marketing ideológico de las escuelas neoclásicas de economía, para que los países «en vías de desarrollo» no utilicen uno de los mayores impulsores del progreso económico de un país, como lo es la soberanía monetaria. Es una forma de mantenernos en el subdesarrollo, pero sin que nos lo impongan por la fuerza, basta con que nos convenzan que «no podemos emitir dinero inorgánico».

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