La muerte 236 del Jet Set sin respuestas
Por Altagracia Salazar.
Ayer (sábado) murió Alba María Montero, la capitana del ejército nacional que había permanecido 46 días en condición crítica luego de la tragedia de la discoteca Jet Set en la que murió su marido el también capitán Randy Rodriguez. Tres niñas quedan huérfanas de padre y madre.
Los 46 días, más el domingo y hoy, en los que la capitana Montero estuvo en condición crítica son los que han pasado desde que ocurrió la tragedia.
48 días han tenido las autoridades para decir algo, lo que sea, sobre una tragedia que motiva todo tipo de solidaridad local e internacional.
Varias personas con las que hablé en estos días en Panamá al saber que era dominicana me ofrecieron condolencias. Eso es lo normal cuando se trata de 236 muertes.
Algunos me preguntaron qué había pasado, que decían las investigaciones, si se había establecido alguna responsabilidad, que había pasado con las familias de las víctimas. Para ninguna pregunta hay respuesta porque la verdad es que las autoridades no han dicho nada concreto y cualquier cosa que se diga al margen de lo oficial pasará por un invento.
Pero este pueblo merece algún tipo de respuesta.
Los medios de comunicación no pueden seguir contando muertos y contando huérfanos.
En la calle discurre todo tipo de especulaciones y la más socorrida tiene que ver con los vínculos de la empresa y sus propietarios con el poder.
En un país donde el “dejen eso así” es parte de la idiosincracia en lo relativo al poder hablar de encubrimiento reforzado por el paso del tiempo es más que creíble.
Si la autoridad no va a “dejar eso así” entonces debe explicar por lo menos lo que hace, cómo lo hace y por qué lo hace.
La credibilidad de un proceso que envuelve tanto dolor y la transparencia de las investigaciones debe ser asumida como una política.
Quien tenga que oír que oiga.
