La política, los partidos y la nueva sociedad

Manolo Pichardo

Un paseo histórico sobre las formaciones políticas, una exposición precisa sobre el curso de las ideas políticas y un examen riguroso sobre el presente y el futuro de los partidos, advirtiendo sobre la urgente renovación de los mismos en el contexto globalizador de nuestros días y la nueva sociedad en proceso.

(Este artículo fue publicado en la edición que unió los números 94 y 95 de revista Global, el que he decidido compartir con mis lectores de Acento.com)

Cada modo de producción, en sus diferentes variantes, genera una estructura social que le es propia. Desde su núcleo primario hasta las más complejas formas de organización -incluso desde antes de la aparición del Estado- se asignan responsabilidades específicas a los individuos en la brega por producir las riquezas que satisfagan sus necesidades o demandas de consumo, las cuales estimulan conductas, valores y maneras de relacionarse.

Estas responsabilidades, desde su homogeneidad y armonía, se expresan en instituciones surgidas a la luz de los intereses y la realidad material impuesta por las relaciones económicas. A su vez, estas bases económicas sirven de base para forjar el carácter de una sociedad, y con ello, establecer la dinámica de su cotidianidad, marcada por  la conjunción o interacción de las fuerzas sociales, que desde la aparición de la propiedad privada sobre los medios de producción, impulsan los procesos productivos.

Las clases sociales y sus luchas, han dejado de ser el motor “único” de la historia,  porque hoy, en la medida que la ciencia y la tecnología avanzan a manera de vértigo, esta confrontación de clases ha pasado a ser menos relevante, dado que con el desarrollo de estas, desde sus distintas ramificaciones, han logrado converger para producir una explosión de cambios súbitos que han impactado en la forma de generar bienes y servicios, de distribuirlos y ofertarlos, lo que a su vez empuja hacia una trasformación de la sociedad y, en consecuencia, de los partidos y de la manera en que debe hacerse la política.

 

La cuestión es que los cambios que se producen avanzan en una dirección disruptiva que va relegando todos los anteriores referentes para crear una nueva visión sobre la vida y sobre el mundo que hasta ahora hemos conocido. La velocidad con que se nos presenta el futuro, destruyendo para construir, asegura que en los próximos 10 años se producirán más riquezas que las creadas en la última centuria, como afirman numerosos académicos.  Richard Foster, que junto a Sarah Kaplan, escribió el libro Creative Destruction, concepto elaborado durante la década del 30 por Joseph Schumpeter, asegura que el 40 por ciento de las 400 empresas más grandes de los Estados Unidos desaparecerán en una década y serán reemplazadas por otras mayoritariamente emergentes que. hasta el momento, no se conocen. Obviamente que esta predicción tiene una relación directa con los procesos de cambios acelerados, llenos de incertidumbre y perplejidades, aunque con raíces en su tesis de que las compañías sin rendimiento deben ser reemplazadas por otras sin remordimiento alguno, debido a que la continuidad y el crecimiento las vuelven complejas y “comienzan a sentir el peso de sus propias reglas y procedimientos, que impiden la innovación”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.