La prensa y su rol en las elecciones

Carlos Nina Gómez

Recordemos la historia democrática post la férrea dictadura que por casi 31 años encabezó -con manos de hierro- Rafael Leónidas Trujillo Molina y que acogotó al pueblo dominicano.

Ese tramo de nuestra democracia comenzó con las elecciones generales celebradas el 20 de diciembre de 1962. Fue un ensayo cuyo propósito era borrar la tiranía de Trujillo Molina.

La prensa, como tenía que ser, desempeñó un papel protagónico, de primer orden en todo el proceso de lucha contra la dictadura.

La prensa fue un guardián vigilante que siempre mantuvo a la colectividad dominicana bien informada de lo que se registraba en todo el discurrir de los comicios que finalmente ganó el profesor Juan Bosch, entonces candidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

Asimismo, es historia de estos tiempos -bien conocida por todos los segmentos que conforman esta media isla- en la que tenemos a dirigentes políticos que hacen llegar su poder económico a periodistas que son flagrantes violadores de los principios y la ética. Y lo hacen con el claro objetivo de proyectar sus nombres como «señores de alta honorabilidad».

Partiendo de esa realidad, ¿cuál debe ser la posición del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) si se informa sobre el accionar que raya en la violación de los principios y los códigos éticos por parte de periodistas que se venden al mejor postor?

Aunque no haya respuesta al respecto, es de urgencia que en esta moderna etapa de la comunicación, el ejercicio del periodismo se trabaje con resiliencia, que ninguno de sus miembros violente los postulados que deben normar a la decencia y profesionalidad comunicacional.

En todo el discurrir del proceso que marca a las venideras elecciones municipales, congresuales y presidenciales, la prensa debe tener el mejor desempeño.

Es el rol de informar sin distorsión y que nunca se filtre la maledicencia periodística. La misma maledicencia que llevan a “cuestas” los periodistas que no respetan los principios y mucho menos la ética.

Leí con alta satisfacción la opinión externada por Michael Mainville, director para Asia-Pacifico de la Agencia Francesa de Prensa durante la Quinta Cumbre Mundial de Medios que tuvo como escenario la ciudad de Cantón, China.

Postuló lo siguiente: “Hay que redoblar los esfuerzos en la base del oficio periodístico. Esto significa estar en la primera línea de los conflictos, en el terreno haciendo reporterismo de primera mano”.

En el proceso electoral que discurre, el periodismo nacional está en la “línea de fuego”, pero al mismo tiempo tiene que jugar, sin temor ni pavor, el rol que de la prensa espera toda la sociedad dominicana.

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