La Revolución Digital Transforma el Tablero Político Dominicano: Entre la Cédula Electrónica y las Nuevas Estrategias Partidarias

Por Aristides Ledesma

En un país donde hasta hace poco los líderes políticos medían su influencia por la cantidad de personas que podían movilizar en una plaza pública, la revolución digital ha irrumpido como un tsunami silencioso que está redefiniendo las reglas del juego político dominicano. La reciente iniciativa para implementar la cédula digital por parte de la Junta Central Electoral (JCE) en la documentación ciudadana, representa el catalizador de una transformación profunda que tiene a los partidos políticos en ascuas.

Estamos presenciando el nacimiento de lo que podríamos llamar la ‘República Digital 2.0’, donde el poder ya no se mide solo en votos cautivos, sino en la capacidad de conectar, convencer y movilizar a través de las plataformas digitales. Esta transformación, según expertos consultados, está creando una nueva «civilización digital» que demanda nuevas formas de hacer política.

La transformación digital de la política dominicana no comenzó ayer. Según datos del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL), el 85% de la población dominicana tiene acceso a internet, y más del 70% utiliza activamente las redes sociales. Estas cifras, impensables hace apenas una década, han creado un escenario donde los métodos tradicionales de hacer política —las visitas casa por casa, los mítines multitudinarios y las promesas susurradas al oído— conviven incómodamente con hashtags virales, transmisiones en vivo y debates en 280 caracteres.

Lo que estamos viendo es una democratización del discurso político. Ya no son solo los medios tradicionales los que deciden qué mensaje llega al público. Ahora, un ciudadano común con un smartphone puede generar una tendencia que obligue a los partidos a reaccionar.

Esta nueva realidad se manifestó claramente durante las elecciones municipales de 2024, donde por primera vez en la historia dominicana, el gasto en publicidad digital superó al de medios tradicionales. Según datos de la Cámara Dominicana de Tecnologías de la Información y Comunicación (CÁMARA TIC), los partidos políticos invirtieron más de RD$500 millones en campañas digitales, un incremento del 300% respecto a las elecciones anteriores.

“La Junta Central Electoral, luego de un profundo y riguroso proceso de análisis, evaluación y revisión legal y técnica de la actual cédula de identidad y la cédula de identidad electoral, ha decidido llevar a cabo un proceso de cambio de estos documentos. Se trata de un proyecto de Estado que impacta la identidad y, por ende, nuestra soberanía y que se está llevando a cabo en estricto cumplimiento de la ley y bajo los más elevados estándares de transparencia e integridad. En cuanto al aspecto económico y los recursos que conlleva la implementación de un proceso como ese, la JCE ha realizado una planificación con el fin de dotar a la ciudadanía de un documento de identidad, seguro y que tenga durabilidad más allá de diez años.”(https://jce.gob.do/Noticias/la-nueva-cedula-un-proyecto-de-estado). Estas declaraciones de la Junta Central Electoral, indican que están dando un paso definitivo a la digitalización de toda la JCE. No hay marcha atrás. Y nos preguntamos ¿y los partidos políticos pa’cuando?

La implementación de la cédula digital, anunciada por la JCE como parte del Plan de Modernización Electoral 2024-2028, representa un punto de inflexión en esta transformación. Este documento, que incorpora tecnología blockchain y elementos biométricos avanzados, además de reducir el fraude electoral,  está obligando a los partidos a repensar completamente sus estrategias de captación y movilización de votantes.

La cédula digital es el equivalente político de pasar del carbón al petróleo. Los partidos que no entiendan esto y sigan apostando a las viejas prácticas del clientelismo y la compra de cédulas, simplemente desaparecerán del mapa político.

Las Tres Revoluciones Simultáneas

  1. La Revolución de la Información

El acceso democratizado a la información ha creado un electorado más exigente y menos manipulable. «Ya no basta con prometer un puente o una calle asfaltada», explica Carmen Rodríguez, directora de la ONG Participación Ciudadana. «Los votantes ahora pueden verificar en tiempo real si un candidato cumplió sus promesas anteriores, pueden acceder a su declaración jurada de bienes, y pueden contrastar sus propuestas con datos oficiales».

Este fenómeno ha generado lo que los expertos llaman «fact-checking ciudadano». Durante las últimas elecciones, iniciativas como «Verdad o Mentira RD» y «Chequea Esto» alcanzaron millones de visualizaciones, obligando a los candidatos a ser más cuidadosos con sus afirmaciones públicas.

  1. La Revolución de las Redes Sociales

Las plataformas digitales se han convertido en el nuevo ágora política dominicana. Un estudio reveló que el 65% de los votantes menores de 35 años formaron su opinión política principalmente a través de contenido consumido en redes sociales.

«Instagram se ha convertido en la nueva plaza pública, TikTok es el nuevo mitin político, y WhatsApp es el nuevo comité de base», señalan expertos en la materia.

  1. La Revolución de la Participación

La tecnología ha reducido dramáticamente las barreras para la participación política. Movimientos ciudadanos han demostrado que es posible organizar protestas masivas y ejercer presión política significativa sin necesidad de estructuras partidarias tradicionales.

Sin embargo, esta transformación digital no está exenta de peligros y desafíos. La proliferación de noticias falsas, los ataques cibernéticos a infraestructuras electorales y la manipulación de la opinión pública a través de bots y cuentas falsas son amenazas reales que ya han afectado procesos electorales en el país.

Durante las elecciones presidenciales de 2020, la JCE documentó más de 3,000 casos de desinformación electoral circulando en redes sociales. «Es una carrera armamentista digital», como la catalogaron algunos especialistas en ciberseguridad electoral. «Por cada herramienta que desarrollamos para combatir la desinformación, aparecen tres nuevas formas de manipulación».

La protección de datos personales es otro frente crítico. Con la cédula digital y el aumento del uso de big data en campañas políticas, la privacidad de los ciudadanos está en juego. Necesitamos urgentemente una ley de protección de datos que regule cómo los partidos políticos pueden usar la información personal de los votantes, es una exigencia latente.

La civilización digital es la nueva realidad de la política dominicana. Los partidos que no logren adaptarse a este nuevo ecosistema están condenados a convertirse en reliquias del pasado, mientras que aquellos que abracen el cambio tienen la oportunidad de forjar una democracia más participativa, transparente y representativa.

La implementación de la cédula digital es solo el primer capítulo de esta transformación. Los próximos años determinarán qué partidos logran escribir su nombre en la historia de la República Dominicana digital, y cuáles quedarán relegados a las notas al pie de página de los libros de historia.

El mensaje es claro: adaptarse o morir. En la era de la civilización digital, no hay término medio.
OP.

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