La tragedia silenciada: Violencia contra las mujeres en RD y la urgencia de romper el ciclo del silencio desde la batalla cultural
Por Felipe Carvajal de Los Santos
La violencia contra las mujeres es un problema estructural que ha persistido a lo largo de la historia, manifestándose de diversas formas, desde la violencia física hasta la psicológica y simbólica. En este contexto, las artes, y en particular el teatro, emergen como herramientas poderosas para la transformación social y la sensibilización sobre este grave problema. A través del uso de estrategias culturales como la obra de teatro, se pueden abrir espacios de reflexión, diálogo y empatía que ayudan a desmantelar los estereotipos de género y a promover una cultura de respeto e igualdad.
En palabras de la CEPAL: La violencia contra las mujeres y las niñas y su expresión más extrema, el femicidio, feminicidio o las muertes violentas de mujeres por razón de género (de acuerdo con la denominación de cada país), tiene lugar de forma sistemática y persistente en la región; no conoce fronteras, afecta a mujeres y niñas de todas las edades y se produce en todos los espacios, desde el ámbito doméstico hasta en espacios públicos.
En la expresión local de ese contexto de violencia, la versión digital del Diario Libre del martes 19 de marzo, nos trae la información que refleja un fenómeno brutal que se ha instalado en la cotidianidad de los noticieros y es en los últimos días, el país ha sido testigo de un alarmante incremento en los casos de feminicidio, con cinco asesinatos en solo cinco días. En lo que se refiere a la violencia contra las mujeres, un problema que trasciende fronteras y culturas, y la República Dominicana no es la excepción. Este trágico fenómeno no solo refleja una crisis social y de salud mental, sino también la urgente necesidad de implementar políticas efectivas y cambios culturales que aborden las raíces de la violencia de género.
Este recrudecimiento de la ola de feminicidios en la República Dominicana es un recordatorio doloroso de la urgencia de abordar la violencia contra las mujeres. No podemos permitir que estas tragedias continúen sin respuesta. Es momento de unir esfuerzos, tanto a nivel gubernamental como social, para erradicar la violencia de género y construir un futuro donde todas las mujeres puedan vivir sin miedo. La lucha por la igualdad y la dignidad de las mujeres es una responsabilidad compartida que requiere la acción de todos.
La violencia contra las mujeres en la República Dominicana se manifiesta en diversas formas: desde el acoso y la agresión física, hasta el feminicidio, que es la culminación más extrema de esta problemática. Según informes de organizaciones locales e internacionales como los observatorios que dan seguimiento a este flagelo, el país ha visto un aumento sostenido en las cifras de feminicidio, tan reciente como las del año 2024 donde se registraron un total de 71 mujeres asesinadas por sus parejas o ex, cifra que, según los datos de la Fundación Vida Sin Violencia aludido por el reportaje de Diario Libre ya citado, que representó un alza de seis casos en comparación con el 2023, cuando se reportaron 65 víctimas. Estas dolorosas cifras nos plantea como sociedad, serias interrogantes sobre la efectividad de las leyes y políticas de protección hacia las mujeres.
Cada uno de estos asesinatos no es solo una estadística; son vidas truncadas, sueños perdidos y familias destrozadas. Detrás de cada caso se encuentra una historia de miedo, control y abuso, que a menudo se ve perpetuada por un sistema que no proporciona la protección adecuada a las víctimas. El patriarcado cultural arraigado en el imaginario social y en la práctica cotidiana de la República Dominicana, condiciona la normalización, contribuyendo a normalizar la violencia de género, dificultando la denuncia y el acceso a la justicia.